Los planes iniciales por fin brindarían frutos. El plan de venganza
había tenido barreras que lo prolongaron, pero al fin produciría lo que tanto
anhelaban para YoungJae.
Desamor
Traición
Soledad
Miedo
Todo lo que sintieron cuando se metió en sus vidas para enviarles a la
cárcel y traicionó la confianza que le habían brindado. Hacerle pagar por
darles la espalda aun cuando ellos le dieron un hogar, una familia. Nadie
jugaba con Bang Yong Guk y YoungJae viviría en carne propia el por qué.
La represalia sigue su curso e igual que una avalancha arrasará con
todo y todos los que estén a su paso. La única forma de evitarlo será buscando más
opciones, alterando los planes iniciales que ya no significarán nada. Salvar a
los suyos se volverá lo primordial, pero…
¿Ya no habrá nada para detener lo que
comenzó?
Se suele decir que el amor puede con todo pero existen muchos
sentimientos en su contra. Algunas personas no estarán dispuestas a perdonar,
otras más no querrán ceder lo ‘suyo’.
Las últimas piezas del rompecabezas se están uniendo y junto con ellas
se descifrarán muchas mentiras que oscurecerán corazones y derrocarán a quienes
las comenzaron.
Lo que comenzó con fines de traer el mal, no podrá producir nada para
bien.
La mañana era soleada y el clima reconfortante. El día era definido
como estupendo para pasarlo en el campo, disfrutar del lugar y los bocadillos
que la chica había preparado con esmero.
No podía llevarse todo el crédito, pero la mayoría lo había hecho
ella. Las cocineras le habían ayudado en lo que les permitió con el afán de que
todo quedara lindo y delicioso.
Se llevó tiempo extra en hacer una caja de desayuno especialmente para
Daehyun. Desconocía las personas con las que saldrían pero suponía que eran muy
importantes para el mayor, sobre todo por la insistencia de ir a las afueras de
la ciudad.
Tomó el celular. Faltaba media hora para que llegase por ella.
Aprovechó ese tiempo para arreglarse el cabello con un moño, delinear sus ojos
y poner un poco de mascara a sus pestañas. Quería verse linda, aunque su
esfuerzo no estuviese dando frutos debido al tiempo que se venía encima.
De manera rápida se colocó el bolso y bajo directo a la cocina. Pidió
ayuda para salir con las dos enormes canastas y una vez que estaba afuera
agradeció a las empleadas. Espero unos minutos antes de que una enorme camioneta
se estacionara enfrente. Los pensamientos de Khiara se llenaron de mil ideas.
Estaba un poco alarmada. La camioneta era de lujo y difícil de conseguir. No
daba razón lógica para que DaeHyun fuera quien bajara de ahí teniendo en cuenta
su situación económica.
--- Wow –Pronunció la chica sin ganas de ocultar su asombro. El
castaño no pronunció una sola palabra, extendió su mano para que Khiara subiera
al auto y luego acomodó los bocadillos en el asiento trasero.
Ambos estaban dentro pero ninguno hablaba. Él no sabía que decir. Ella
no sabía que pensar.
El moreno se quitó las gafas de sol y se acomodó la chaqueta atrayendo
la mirada inquisitiva de su copiloto. Odiaba que le mirara así pero no tenía
otra opción. Debía seguir con el plan.
--- Pareciera que has robado –Dijo pausadamente, dando tiempo para que
el chico se excusara. En lugar de palabras recibió un cálido beso en la frente.
La acción asombró a la chica pero de igual forma reconforto los corazones de
ambos, sin embargo, las intrigas y la curiosidad no desaparecieron. -¿No vas a decir nada?
--- Lo diré en su momento –Contestó tomando su mano –Por ahora debes
confiar en mí y ayudarme a que este día sea lindo y termine pronto –Soltó el
agarre. Puso los ojos al frente, encendió el carro y arrancó.
Khiara tenía un choque de sentimientos. Aun así confiaba en él y
deseaba que la fe que le tenía fuera correspondida. En el trayecto, ambos,
decidieron no hablar y en su lugar pusieron música para no tensar el ambiente.
Se dieron el tiempo suficiente para que sus pensamientos fluyeran de manera
natural. Deshaciéndose del mundo.
Las calles que transitaban eran conocidas. Estaban siguiendo el mismo
camino de las últimas dos semanas, hasta estacionarse en el lugar de siempre.
DaeHyun se recargó en su asiento y ahí permaneció, en silencio, hasta recibir
un mensaje y bajar sin más.
--- ¿No pudiste decir que veníamos aquí? –La sonrisa de la joven se
desvaneció al notar que él no movió ningún músculo facial. Le abrió la puerta y
sin esperar a que bajara se encaminó al departamento de Kim Ah Ri. -¿Pasa
algo?... Dijiste que estaríamos con alguien muy especial –Hizo una pausa pero
él seguía dándole la espalda –Para ti –Apenas y reaccionó sobre lo que venía
–Esa persona importante… ¿Es ella?... ¿Te gusta Kim unnie?
Notoriamente tenía miedo. Observó detenidamente el subir y bajar de
los hombros del moreno. Su respiración cambió en segundos. DaeHyun emprendía
una batalla con sus propios sentimientos. Cerró los ojos y contestó con un –Sí. Ella me gusta.
La chica salió del automóvil y de manera normal siguió el camino que
muchas veces había cruzado. La diferencia era que en esta ocasión sentía que
cada paso era un golpe más a las
ilusiones que se había hecho. Todo acabó antes de comenzar. Se sentía triste y
con ganas de llorar, de gritarle a DaeHyun que le gustaba y que éste le
correspondiera.
Nada de eso pasaría.
Subieron al ascensor y una vez que éste se abrió en el piso indicado
observó la figura de JunHong. Instintivamente corrió a su lado. Creyendo que lo
que necesitaba era un abrazo, Khiara se reconfortó en los brazos de él. Los
segundos pasaron hasta que el alto separó sus cuerpos. Aquello, sin que la
chica lo supiera, había sido un abrazo de despedida.
--- No creí encontrarte aquí –Y era lógico. La castaña estaba
extrañada, mas no le molestaba su presencia. Las pocas veces que se habían
topado, él fue muy amable y cariñoso. Le brindaba confianza y aquello era lo
importante.
--- Extraño, ¿Cierto? –Ella asintió pero no le dio vueltas al asunto.
Si iba con ellos era por algo y su situación de desilusión-rechazo no le
permitiría hablar con aquel que observaba detalladamente la escena para aclarar
sus dudas.
Daehyun encabezaba el pequeño grupo. Dispuesto a tocar el timbre posó
uno de sus dedos en él pero antes de ejercer presión, Khiara le quitó la mano.
--- ¿Dónde estás? –Gritó eufórica al teléfono. Tratando de transmitir una
alegría y bienestar, que no sentía.
--- ¿qué puede ser tan bueno para hablarme a las 8am? –Contestó un
poco ronca.
--- Creo que alguien estaba durmiendo –Contestó riendo y avisando a
los presentes que seguían sin saber por qué actuaba tan normal y no decía
directamente sobre el paseo, pero Khiara tenía un plan. –Y se trata de mi
departamento. Después de todos los arreglos que mi padre y el señor Yoo han
mandado hacer, hoy estará listo. Quiero que me acompañes.
--- Nena… estoy en mi casa. No me siento muy bien, ¿podríamos ir otro
día? –Contestó con desgana la detective pero la menor no se daría por vencida.
Sobre todo no la dejaría si no se encontraba bien.
--- ¿No te sientes bien?... bien, vamos para tu departamento. Nos
vemos en un rato –Y colgó. Los ojos expectantes de los chicos estaban posados
en ella –No se siente bien –Mencionó después de colgar el teléfono –Iré por
algunos medicamentos y cuando regrese tocamos.
--- No puedes ir sola –La voz del moreno sonaba fría, sin vida –Yo te
llevo.
--- Voy sola –Respondió y de esta forma Khiara se dirigió al elevador.
Entró y DaeHyun no tardó en posarse a su lado.
--- Mi trabajo es cuidarte
---Voy sola –Repitió sin prestar atención a la excusa del chico, pero
él no se movió. No tenía deseos de hacerlo. Sólo había una forma de alejarlo
–Si estoy aquí es por una razón obvia: Si mí no estás cerca de Kim unnie, hoy no estás trabajando así que no
te interpongas –Dijo poco antes de que el ascensor se abriera. Dio unos pasos y
sin mirar atrás, salió, dejando en estado de shock al moreno. El mismo que se
preguntaba mentalmente si estaba haciendo lo correcto.
El andar de la chica se sintió solo. Faltaba la presencia de Dae, tanto
física como sentimentalmente. La protección y el cariño especial que creía
recibir de él, se había esfumado. Él no le había pertenecido, sin embargo, la
sensación de que pertenecía a AhRi se hacía presente en ella. La única que
podría tenerlo era su mejor amiga, la chica que más apreciaba y que llegaba a
ver como una hermana mayor.
La persona que podía ayudarle en conflictos sentimentales o familiares
sin ningún tapujo. Alguien que podía comprenderla más que el señor Yoo, su
padre o Jae por una simple razón… era mujer. Por eso y mucho más no podía tener
resentimientos contra ella.
Cruzó unas calles hasta dar con una farmacia y consiguió algunas
pastillas que podrían servir, Retornó a mayor velocidad pensando si era mejor
idea cancelar el ‘día de campo’… si su unnie seguía sintiéndose tan mal no
sería prudente salir.
--- Auch –Chilló cuando se estampó en el piso y vio las pastillas
fuera de su alcance. Iba inmersa en sus pensamientos así que no notó que alguien
salía de una tienda.
--- Disculpa… soy un poco distraído –Un joven alto y cabello castaño
estaba posado frente a ella. Su piel blanca y ojos rasgados hacían buen
conjunto con sus delgados labios. Era el tipo de chico tímido pero se hacía
resaltar por las gafas que llevaba puestas. Lindo y tierno eran las palabras
correctas con las que podría describirlo Khiara, aun cuando su gruesa voz
demostrara lo contrario. El chico le brindó una mano para levantarse y luego
cogió los medicamentos para extenderlos a la chica.
--- No es bueno tener a dos distraídos en el mismo lugar –Cogió los
medicamentos y los acomodó en la bolsa
con notable prisa. Le dio una reverencia y una pequeña sonrisa. Pidió disculpas
y salió corriendo lo más rápido que podía.
Afuera del edificio DaeHyun ya le esperaba algo impaciente –Has
tardado demasiado
--- No encontraba una farmacia –Intentó sonar normal. Subieron de
manera silenciosa. La chica con una sonrisa y el chico con cara incrédula por
la actitud de su acompañante. Sabía que la chica debía estar afectada.
--- ¿Has traído las medicinas? –JunHong no se había movido del lugar y
se le notaba preocupado. Así, sin nada que esperar, tocaron el timbre pero no
hubo respuesta. Khiara se desesperaba con facilidad así que frenéticamente
hacía sonar el aparato. Escucharon pasos que les llenaron de alivio y luego
vieron la figura de la chica.
--- Siento haber tardado tanto pero pase por algunos medicamentos
–Mintió- No sabía que es lo que tenías así que traje lo más indispensable… ¿Te
sientes muy mal? –Hablaba sin dejar de tocar la frente de su compañera.
--- Estoy bien –Evitando el paso de la chica.
--- ¿Qué pasa?... ¿Quieres ir al hospital? –Un abrazo fue la respuesta
–Unnie…
--- Lo siento nena. Es difícil para mí –Y entonces notó la presencia
de los otros chicos. Con vergüenza se limpió algunas lágrimas y entró a su
departamento, ocultando su rostro. No deseaba que le vieran así… Que sintieran
lástima de ella.
Los demás la siguieron de manera silenciosa, sorprendiéndose por el
desastre de papeles. Documentos regados en los sofás, mesa de centro y piso.
--- ¿Qué ha pasado? –Khiara se acercó y rodeo por la cintura el
delgado cuerpo de su amiga pero ella se zafó del agarre.
--- No me siento bien así que váyanse –Y sin ningún tipo de modal
caminó rumbo a su habitación. Los presentes quedaron petrificados y
desorientados. La actitud de la mayor estaba volviendo locos a todos, sobre
todo al más alto quien ponía esfuerzo entra en no correr hacia ella y abrazarla… Para no decirle quien era y seguir
con la promesa que había heho.
--- No me voy a ir… Si te sientes mal me quedaré contigo –Entregándole
todo su apoyo, se posó delante de ella e intento estrecharla nuevamente, sin
embargo, fue rechazada.
--- Quiero estar sola –Repitió pero el estado en el que estaba
preocupaba a la menor. Dejarla sola sería la peor idea. Necesitaba que se
tranquilizara y que cualquier cosa que la haya puesto así, la olvidara. Negó
con un pequeño movimiento de cabeza -¡Lárgate! –Gritó AhRi… Se sentía
desesperada y aunque no quería quedarse sola no le gustaba que la vieran
llorando. Su padre la había enseñado a ser fuerte en cualquier situación, a no
demostrar cuando algo la afectaba y tener a Khiara no le ayudaba a seguir firme
a esos ideales.
¿Qué hizo? No lo supo hasta el momento en que JunHong y Daehyun se
abalanzaron a ella para calmarla. Su dongsaeng estaba en el piso totalmente
descolocada y con los ojos lagrimosos. Su instinto había actuado y en un
arrebato había lastimado a la castaña quien se levantó de manera tranquila y
con voz apenas audible habló –Iré a preparar un té –luego la perdieron de vista
en la cocina.
Kim AhRi se echó a llorar. Lo que hizo jamás lo hubiese deseado y
ahora no sabía cómo pedir disculpas. Qué decirle o lo que pensaría de
ella. Lo que sucedió fue una explosión.
La presión que sentía por amar a alguien prohibido. Por no verle frente a
frente sin ninguna máscara y la preocupación de que le encontrara YoungJae y le
sentenciara a años de cárcel.
Todo se estaba jodiendo.
Se recargo en la pared y se fue deslizando hasta quedar en el piso. Se
tapó el rostro con las manos antes de sentir que alguien le acariciaba el
pelo, brindándole su apoyo.
Se secó las lágrimas y alzó la mirada. Aquellos brazos le ayudaron a
levantarse y la guiaron a su recamara, se sentó en el borde de la cama
esperando algún reproche pero éste jamás llegó. En vez de ello, aquel joven,
que apenas conocía, se posó frente a ella y le abrazó para hacerle saber que
estaba ahí y que le brindaba su apoyo incondicional. Sin recriminarle.
El vínculo hizo que la chica se aferrara al cuerpo masculino. Colocó
su cabeza en el arco que formaba el cuello de éste, aspirando su aroma,
reconfortándose y tratando de olvidar el exterior.
Así era como en aquella habitación dos almas se decían adiós
silenciosamente y agrandaban su lazo pues no necesitaban de un rostro o nombre
concreto para amarse, sin embargo, las mentiras tienen un lapso de vida.
AhRi se zafó de manera delicada y lenta pues la calma que sentía con
él le era inexplicable. Siempre había sido reservada con sus sentimientos y a
pesar de ello se encontraba en los brazos de un desconocido.
Dio un respiro, se limpió los nuevos rastros de lágrimas y tomó su
celular para seguir adelante con lo planeado: Encontrar a Zelo, y para ello
debía salir del departamento. No podía permitir que la detuviera nada ni nadie,
pero la persona delante de ella, lo estaba logrando.
¿Por qué no se alejaba? ¿Por qué no podía pasar desapercibida la
mirada casi suplicante de JunHong? Tenía la necesidad de aclarar tantas cosas
con Zelo pero no podía apartar su mirada de la que aquel alto chico le
otorgaba.
--- Tengo que salir –Habló finalmente al rubio que se había posado frente
a ella impidiendo su paso. No obtuvo ninguna respuesta. Ningún gesto. –Tengo
que encontrar a alguien, disculpa por lo sucedido.
--- No debería ser yo a quien pidas perdón y si me dejas darte un
consejo, no deberías aferrarte tanto en encontrar a ese alguien –Espetó cambiando
su ánimo drásticamente a lo que podía ser identificado como enojo.
--- Los dejo en su casa- La cara y la voz de la chica reflejaron su
molestia. Él no era nadie para hablarle de esa forma. Él no sabía que la
persona que debía encontrar era por cuestiones personales. Aun de esta manera
escuchó las duras palabras del chico que le recriminaban sin una justificación.
--- ¿Tan importante es?... –Kim Ah Ri cada vez se molestaba más y él
también pues no entendía razones del amor… no entendía cómo pudo enamorarse de
la persona equivocada. En sus pensamientos sólo existían dos razones de ese
anhelo por encontrarlo. Uno, su carrera seguiría intacta, quizás tendría mucho
más que eso y seguiría un rumbo creciente por encontrarlo a él y a sus hyungs;
Dos, la satisfacción personal de encontrar a la persona que tantas veces se había
burlado de ella y YoungJae.
--- No imaginas lo importante que es –Pronunció después de largos
segundos de silencio. –No tienes ni la mínima idea de lo que significa
encontrarlo.
--- ¿Crees que no lo sé? –Dijo encarándola. El tono de su voz había
subido y sin desearlo, había arrojado a la chica en contra de pared. Acorralándola
entre aquel frío muro y su cálido cuerpo. Provocando un contraste estremecedor
a la pelinegra que se debatía entre defenderse y no hacerlo.
¿Por qué no iba en contra de él? Era obvio que tenía la preparación
necesaria para defenderse pero algo se lo impedía. Se puso rígida esperando por
las siguientes palabras que la dejaron aún más descolocada.
“¿No intentarás besarme?” preguntó aquel chico de tez blanca después
de haber acortado la distancia de sus labios con los de la pelinegra. Se
encontraban a escasos milímetros, provocando cierto cosquilleo cuando en un
pequeño susurro, y aun sin una respuesta de la chica, él continúo: No
encontrarás a Zelo jamás.
Aquellas eran las palabras más dolorosas que pudo escuchar pero mismas
que abrían una puerta de esperanza. Ella era cuidadosa con sus comentarios,
ella no había mencionado aquel nombre en ningún momento, lo que significaba
sólo una cosa.
Quedó petrificada. Mil pensamientos aparecían en su mente como un
flash. Cosas que parecían sin significado tomaban un rumbo diferente y eran
piezas clave para descifrar lo que en el pasado jamás pudo.
Sentía un nudo en la garganta y estaba confundida. Tomó con fuerza la
mano del chico para detener su andar ya que amenazaba con salir de aquella
habitación, pues ésta se había hecho muy
pequeña y amenazaba con asfixiarlo y matarlo ahí mismo.
Necesitaba respuestas pero no podía
formular preguntas. No sabía cómo reaccionar, qué hacer. Casi como un reflejo
sus manos fueron guiadas a aquel húmedo rostro e igual que aquella noche, cerró
los ojos y con su mano limpió las lágrimas que viajaban a través de las
mejillas masculinas, y a la vez, las acarició. Recorrió sus cejas y ojos. Bajó
delineando su nariz y volvió a las mejillas.
--- Eres tú –Sentenció con un tono
quebrantado. Uniendo sus temblorosos labios con los del chico. El beso fue
correspondido, siendo torpe debido a que ambos se encontraban confundidos y al
borde del llanto.
Querían llorar y reír al mismo
tiempo. Sentían felicidad y un poco de tristeza. Había un poco de coraje pero
la felicidad también estaba presente.
--- Perdón por todo –JunHong habló
aun pegado a los labios de la chica y luego retrocedió. Ella sabía quién era y
a pesar de querer quedarse tenía que irse. Había cometido el enorme error al
hablar como el mismo, exponiendo a su familia. No sabía cómo solucionar las
cosas, era mejor huir, nuevamente.
--- No te vayas –Se escuchó casi
como una súplica. Kim AhRi tenía tantas cosas en mente. Por una parte se sentía
molesta y dolida por el engaño de él pero por el otro, no podía negar que
estaba extremadamente feliz de encontrarlo. Quería golpearlo pero también
besarlo. La situación le estaba enviando a la locura.
--- No puedo permitir que me
captures, mucho menos que mi familia salga dañada –Contestó dando pasos firmes
a la puerta de la habitación pero la pelinegra se aferró a él rodeando su
cintura y colocando su rostro húmedo en la espalda del chico.
--- No me hagas pedirlo como una
verdadera suplica. –El chico trato de zafarse –No te dañaré, sólo no te vayas.
--- ¿Por qué me pides esto?
–Finalmente se soltó del agarre pero jamás miró atrás. Las palabras y el beso
que recibió incrementaron sus ilusiones pero debía ser frío y como prometió a
YongGuk, tenía que alejarse de la chica. -¿Por qué siempre haces las cosas
difíciles para mí? ¿Por qué simplemente
no me odias? –Hubo un largo silencio –Se suponía que esto no sucedería, que
jamás lo sabrías.
--- Pero lo sé, te encontré –La
chica sonreía en su incapacidad de contener toda la alegría que la inundaba.
Caminó y se posó frente al chico, haciendo que la lucha que emprendía con él
mismo y sus instintos por irse del lugar desaparecieran. Como Zelo o JunHong
debía marcharse para proteger a los suyos pero a la vez, no podía, no por el
momento. El muchacho mostraba una expresión totalmente diferente, su semblante
era triste.
--- Perdón por todo, por verte sólo
como un medio para lograr mi venganza. Lo siento.
--- Eso ya no tiene importancia
–AhRi colocó su dedo índice sobre los labios de él. No quería seguir escuchando
disculpas que anunciaban el final de su historia –Lo importante somos nosotros,
ahora, aquí –Y volvió a besarlo. El
rubio buscó en los ojos de la chica algún rastro de engaño pero su mirada
revelaba que estaba hablando sinceramente.
--- Es una locura.
--- Sé que esto no tiene sentido
pero por primera vez en mi vida tengo algo porque luchar. Posiblemente este
volviéndome loca pero estoy segura que lo que siento por ti es más fuerte que
todas las mentiras que nos rodean. Ni yo misma puedo entenderlo, esto es tan
surreal –Hablaba por primera vez de sus sentimientos, no sólo frente a otra
persona, sino ante ella misma. Su vida no había sido tan fácil desde el
abandono de su madre y el cambio tan radical de su padre. –Pensaré en mí, en lo
que quiero, y eso eres tú.
--- Me tengo que ir –Pronunciaba
con dolor.
--- Quédate junto a mí. Di que
seremos tú y yo sin más dolor.
--- Sabes que no es posible. Debo
hacerlo, lo prometí, mi familia confía en mí y no puedo defraudarlos. No pudo
dejar que me atrapen porque sé que será doloroso para ellos y sobre todo, no
puedo separarme de los seres que me han protegido.
--- ¿Me amas? –Preguntó mirándolo a
los ojos.
--- No puedo fallarles.
--- Pero me estás fallando a mí
–Contestó la chica. Zelo era la única persona a la cual había mostrado sus
sentimientos y aun así le estaba abandonando. Parecía algo imperdonable, un
juego de él. –No quiero ser la estúpida detective que se enamoró de ti. No
quiero ser tu burla.
--- No lo eres –Ambos no sabían
cómo expresar sus sentimientos. Ambos en su momento habían querido deshacerse
del otro, era algo que tenían en mente, sin embargo, los sentimientos son
extraños y pueden aparecer en el momento, lugar y personas equivocadas. –Te
amo, por eso hago esto, para protegerte.
--- Puedo protegerme yo misma.
--- No sabes lo que dices
–Sentenció. Traicionaría a sus compañeros, lo sabía, pero debía dejar las cosas
en claro con la chica antes de marcharse. –Ya no se trata de Bang Yong Guk y el
resto de mis hyungs. Tengo que protegerte de alguien más. –Dio un largo respiro
antes de continuar –Hay otras personas detrás de YoungJae y de nosotros. Ellos
no se detendrán por nada ni nadie por conseguir lo que desean.
--- Lo que tú no entiendes es que
tengo la preparación necesaria para defenderme. No tienes que irte para
protegerme. Al contrario eso me dañará. –Debían
pensar las cosas detalladamente y sobre
todo tener empatía por el otro. Necesitaban unos minutos así que JunHong salió
de la habitación en busca de tranquilidad para despejar su mente y analizar lo
que sucedería. Había fallado en cuanto a su identidad, no podía cometer otro
error.
En la cocina se encontró a Khiara
preparando un poco de sopa y té para la mayor mientras Daehyun se encontraba en el marco de la puerta
sin pronunciar una sola palabra pero observando detalladamente cada uno de los
movimientos de la castaña.
¿Cómo habían llegado a esa
situación?
Lo único que había deseado Bang era
un mejor futuro para todos. Quizás había recurrido a situaciones extremas donde
atentaba contra otras personas, pero fue su única salida. La única puerta
abierta.
--- ¿Cómo se encuentra? –Preguntó la
joven. –He preparado algo para que se tranquilice y pueda dormir. –Dijo
encaminándose a la habitación pero el moreno la detuvo.
--- Será mejor que vaya yo –Tomó la
bandeja y fue directo a esa habitación, encontrando a la chica entre las
sabanas. –Khiara ha preparado esto para que duermas –Pronunció sacando de sus
pensamientos a la chica. Haciéndole saber que alguien más estaba con ella. –Supongo
que necesitas despejar tu mente y esto servirá.
--- Tengo miedo –Habló
directamente- Si duermo…
--- Él te ama y no se irá sin
hablar contigo. Duerme y cuando despiertes podrán aclarar las cosas. Yo me
encargaré del resto –Fueron sus últimas palabras y a pesar de la infinidad de
dudas que crecieron en ella, parecía no tener otra opción más que seguir al pie
de la letra las palabras del chico.
La habitación estaba oscura cuando
AhRi abrió los ojos. Tomó el reloj que estaba posado en su buró verificando lo
tarde que era.
8:15 pm
Había dormido aproximadamente diez
horas, recuperando lo que no pudo la noche pasada. También tuvo algunos recuerdos,
aunque todo parecía ser irreal. Tomó un respiro antes de levantarse y
salir de la habitación, esperando que Zelo se encontrara en el lugar.
Tal como lo deseaba, la figura del
chico estaba posada frente a uno de sus ventanales. Abrazado a sus pies no
parecía más que un niño, pero en definitiva deseaba que ese niño fuera suyo.
--- Creí que ya no estarías –Con
voz apenas audible se fue acercando a él. Sus pisadas y el rose de su pijama
eran el único sonido.
--- Me voy a ir en unas horas –Se
levantó e inmediatamente rodeo el cuerpo de su amada –Tengo miedo de irme y te
quedes odiándome.
--- No puedo odiarte y amarte al
mismo tiempo –Fue la corta pero muy significativa respuesta de la chica.
--- ¿Cómo sabes que es amor? –Preguntó
aún sin soltarla.
--- Porque mi corazón me lo dijo al
momento de leer tu carta y lo confirma ahora mismo. –Y mirándolo a los ojos
continúo –Porque has acelerado mi corazón con un simple abrazo y aún después de
saber que JunHong y Zelo son la misma persona, no puedo odiarte. Al contrario,
quiero protegerte de YoungJae, de mi padre y de mí misma.
--- Creí que sólo era un niño delincuente
para ti –La chica negó con la cabeza.
--- Quizás lo eras, pero me estás
haciendo ver lo equivocada que estaba. –Dio un largo suspiro –todo sigue siendo
confuso pero creeré todo lo que me digas. Creeré que si te vas es por mí y no
trataré de detenerte. Haré lo posible por limpiar tu nombre y borrar todo
rastro de Zelo para que en el futuro regreses a mí sólo como JunHong.
--- Gracias. –Habló entre besos y
caricias que les llevaron a colarse cómodamente en uno de los sillones antes de
seguir hablando.
--- Aún tengo dudas. No te escaparás
tan fácil de la gran Kim Ah Ri –Sentenció entre risas la joven. Aquella que se
sentía feliz a pesar de la situación. La razón era simple. Amaba y era
correspondida. Tal vez no en las condiciones que todo ser desea, sin embargo,
se sentía afortunada de vivir un amor que nació aun entre las adversidades,
mentiras y una tonta venganza que el menor se encargó de explicarle poco a
poco.
Ella observaba detalladamente la
piel blanca del chico y sus labios ante cada una de sus palabras. En ocasiones
tenía que tomar un respiro para afrontar positivamente la situación, pero saber
las razones por las que él había recurrido a una vida de delincuencia, le
enamoraban más y aunque pareciera ilógico, también sentía aprecio por el resto.
Bang Yong Guk, la persona que había
querido atrapar desde hace meses. La persona que tachó de un bastardo, ya que
le consideraba una persona sin ética ni remordimientos por el resto, era todo
lo contrario. Era un ser que encontró como única fuente de ingresos lo que más
odiaba en el mundo, dañando a los demás. Aquel que no lastimaría a inocentes,
sino, que sólo lo hacía de personas peligrosas y sin escrúpulos. Personas que
estaban enmascaradas con altos rangos de personas éticas.
--- Pero no todos se tocan el
corazón –Prosiguió con la narración –Lo que YoungJae nos hizo, nos dañó
demasiado. Bang lo había hecho parte de nuestra familia y él nos traicionó, por
eso, nuestra venganza consistía en hacerle pagar de la misma manera. Que él
viviera en carne propia lo que era la traición de sus seres queridos.
--- ¿sigo siendo parte de ese plan?
–Kim tenía miedo. No quería ser una clave más para completar la misión que
tenía el menor.
--- No. Las cosas cambiaron cuando
me enamoré de ti… Fue algo difícil de asimilar para todos, pero al final
comprendimos que el amor nace para reconstruir lo que está mal. Para
reconfortar en los momentos difíciles.
--- ¿Y Khiara que lugar juega?
--- Ella era nuestro punto
principal pero esa pequeña pudo contra el corazón más duro de todos. –Rió ante
su comentario mientras ella analizaba aquella confesión. Fue entonces que
recordó las palabras del castaño, esa misma tarde. –Ah Ri –Habló para sacarla
del trance en el que había entrado –Necesito que cuides de Khiara.
--- ¿Cuidarla?
--- Te dije que no solo se trataba
de nosotros. Hace unos meses tuvimos problemas con unos contrabandistas. Lastimaron
a JongUp-hyung, y esa misma noche tuvieron que matar a un hombre del otro
bando. La situación fue empeorando y como resultado ellos nos odian. Fuimos
extremadamente cuidadosos para que no dañara a personas importantes e
indefensas por nuestra culpa, pero al parecer YoungJae se metió con ellos.
--- Dieron con ustedes, luego Khiara y conmigo. –Reafirmó lo que el chico
no podía decir claramente.
--- Sí –Sentenció con miedo –Ellos
buscarán puntos débiles.
--- Nosotras –él afirmó con un beso
en la frente de la chica-
--- Las cosas están de esta forma:
Si tú sales dañada, también yo, y por consiguiente mi familia.
--- Lo mismo sucede con Khiara. –El
chico volvió a afirmar. Y quizás había estado totalmente segura de defenderse,
pero entendía que el miedo del menor no era sólo sobre ella. Khiara no tenía
las armas suficientes para defenderse y eso era lo preocupante.
Las mentiras habían llevado a todos
a una situación totalmente desagradable. Ahora entendía que el adiós era la
única salida. Si Zelo no se iba de Corea finalmente le atraparían y a pesar de
todo el esfuerzo que hiciera, no podría evitarlo. Luego estaba el bienestar de
él y de una familia que nunca había considerado como tal. Las cosas no eran
fáciles pero no podía recriminarle nada al menor. Quedaban unas horas para que
se fuera del país y no le volvería a ver en algunos meses o años.
Finalmente las explicaciones
terminaron. Kim fue a cambiarse de ropa para salir finalmente de su
departamento e ir al aeropuerto donde despediría a la persona amada. Tomó su
celular percatándose de más de 20 llamadas pérdidas, todas de la misma persona…
Sukkie. No se tomó el tiempo necesario para revisar los buzones de voz, gran
error, pero lo último que deseaba era perder el tiempo que le quedaba con
JunHong.
Era tiempo de ser honesta y cuando
el chico se fuera, tendría que hablar con su actual novio. Debía decirle que en
verdad no le amaba y terminar con él.
Llegaron al estacionamiento, aun
tomados de la mano y luego subieron a un auto.
--- Creí que eras muy joven para
manejar –A manera de bula comentó la chica quien recibió un beso en los labios.
--- También lo soy para besarte y
aun así lo hago. ¿Hay algún problema con ello? –La pelinegra negó y seguido de
ello entró por la puerta que como todo un caballero, Zelo abrió para ella.
El camino era tranquilo y ambos
trataban de hablar de una y mil cosas antes de despedirse. Además ella
sentenció un par de veces sobre recibir, al menos, una señal de vida. Quería
saber que el menor estaría bien en cualquier parte del mundo al que se
dirigiera.
--- Hemos llegado –Mencionó al
llegar al estacionamiento. –Mis hyungs estarán adentro.
--- ¿Será mejor que no vaya?
–Preguntó tratando de retener parte de la alegría que había recibido esa misma
tarde pero el dolor de perder al ser que ama era más fuerte que ella misma. Una
lágrima finalmente rodó por su mejilla. –No te vas a olvidar tan fácil de mí,
¿cierto?
--- Créeme que no me olvidaré de la
persona que intentó meterme a la cárcel más de una ocasión –Zelo trataba de
aligerar la situación y crear un ambiente menos tenso. Besó delicadamente los
labios de la chica y bajo del auto. Abrió la puerta y tomándola de la mano la
dirigió a donde esperaría el resto de sus compañeros.
--- Ellos saben que ya no existe
ninguna mentira entre nosotros. Ya te consideraron parte de nuestra familia por
seguir conmigo hasta este momento. Finalmente han entendido que lo nuestro no
era un simple capricho o confusión, sino, amor.
Y tras esa confesión, se
encaminaron a lo que sería una presentación
con la familia de JunHong. La
primera vez que vería a aquellas personas como seres humanos y no como unos
podridos seres que dañaban a cuanta persona se pusiera en su camino.
Dieron algunos pasos antes de que
la chica se percatara de que alguien les seguía. Sus nervios incrementaron
conforme iban avanzando y veía a algunos policías que registraban el lugar.
Sentía miedo de que en algún momento alguno de ellos se abalanzara sobre la
persona que sujetaba con fuerza su mano.
Pasaron desapercibidos.
--- ¿Miedo? –Preguntó el chico.
--- Nunca había sentido tanto
--- Están allá –Señaló
disimuladamente a un grupo de personas aisladas del resto. Esos debían ser sus
hyungs.
Los pies de la chica comenzaron a
pesar. JungHong no permitiría que le dañaran y de alguna manera ya no les tenía
ningún miedo a aquellas personas, sin embargo, tenía un mal presentimiento que
se convirtió en una horrible verdad.
Alguien sujeto su mano libre y
detuvo de manera brusca su andar.
Odio y rabia era lo que emitían
esos feroces e inquisitorios ojos.
--- Esto debe ser una maldita broma
–Gritó llamando la atención de muchos de los presentes. Tomó a la chica con
mayor fuerza provocando que soltará la mano del rubio. –Todo este tiempo nos has visto la cara de
idiotas.
--- Geun Suk –Pronunció pero
rápidamente recibió una bofetada. Se estaba armando un lío y lo peor de todo es
que tenía a su novio ya la persona que amaba frente a frente.
--- ¡Suéltala! –Sentenció el más
alto pero sus palabras fueron en vano cuando aquel joven tomó a Ah Ri y la
llevó fuera del aeropuerto.
JunHong trató de seguirles pero la
mano de Himchan le detuvo. Tenía tantas ganas de llorar. No se había despedido
de la manera en que deseaba de ella, porque simplemente no le pertenecía. Con
ayuda de su amigo fue por algunas cosas que necesitaría al salir del país mientras
la chica seguía peleando en contra de Jang.
--- Eres una de las personas más
repulsivas –Habló de manera fría, encarándola. –Has quebrantado el sentimiento
puro que sentía por ti…
--- Lo siento –dijo tomando fuerzas
pero tenía claro que lo que hizo no tenía ninguna justificación. Había jugado
con los sentimientos de una persona y eso era algo imperdonable. –Nunca quise
lastimarte.
--- Pero lo has hecho –Contestó
mientras lloraba de dolor y rabia. –Te haré pagar de la forma más dolorosa que
podría hacerlo –Amenazó. –¿Vez esto? –Mencionó mientras mostraba un folder con
varias fotos dentro… -Es lo único que
necesito para llamar a YoungJae, a tu padre y a la policía. Para que lleguen a
este lugar y detengan a ese maldito niño.
La cara de la chica mostró lo que
el chico deseaba ver: pánico.
La tenía en sus manos y no podría
zafarse de él. Una sola llamada bastaba para que fuerzas especiales estuvieran
en el lugar y detuvieran a Zelo, para ir al departamento de la chica y tomar la
información que ésta pudiese tener y recriminara totalmente al menor. Ella
vería como un ser querido era dañado en parte por su culpa y todo lo que había
construido se vendría abajo. Pero quizás aquello era una forma sutil de
tratarla. De las distintas formas que había pensado torturarla, en especial,
una de ellas sabía que la dañaría.
--- Haré lo que me pidas pero no
llames a la policía.
--- Claro que harás lo que yo diga.
Te haré pagar por jugar con mis sentimientos y mentirme de esta forma Kim Ah
Ri. Lo juro. –Espetó con furia.
El vuelo ya había sido anunciado y
los pasajeros formaron una fila tal como se pedía. JunHong se separó de sus
hyungs y se colocó al final de ésta mirando por donde Ah Ri se había marchado,
con la esperanza de que llegara a despedirse de él.
--- Su boleto por favor –Habló la
azafata pero en ese preciso momento también escuchó la voz de la pelinegra. Se
giró y poco después sintió su cuerpo siendo estrechado por el de la chica. Se
besaron sintiendo el sabor salado de sus lágrimas.
--- Pensé que no estarías aquí –Dijo
tratando de contener su llanto y poder limpiar las gotas saladas que viajaban a
través de las mejillas femeninas.
---- Te amo y haré cualquier cosa
por ti. –Habló entrecortadamente antes que una de las azafatas pidiera al rubio
ingresar. El vuelo no podía retrasarse y aunque el corazón de ella doliera,
deseaba que pronto se fuera de ese país. –Tienes que irte. –Pronunció con dolor
y le soltó pero antes de pasar por aquella puerta, JunHong entregó por completo
su corazón.
--- “Existen momentos en los que
debemos dejar lo que amamos, y éste es uno de ellos. Voy a regresar. Quizás pase
mucho tiempo y no seamos los mismos pero haré lo posible por recuperar el amor
que nos une… te haré recordar los sentimientos que ahora mismo nos inundan y
sobre todo, lograré que esto no sea en vano. Kim Ah Ri, te declaro como la
mujer que me ha enamorado y por la cual seguiré adelante. Sé que sólo soy un
niño y no es lo que te mereces, por eso, te prometo que regresaré como el
hombre que necesitas para compartir tu vida”
--- ¿Lo prometes? –Preguntó con la
esperanza que cumpliera con sus palabras y que estuviera preparado para lo que
vería en el futuro.
--- Lo prometo –Y dicho esto sellaron
su promesa con un beso. Unieron sus corazones y de alguna manera se prepararon
para la tormenta que se avecinaba.
Kim miró la figura de Zelo cruzar la
puerta que le llevaría a su destino, a aquel lugar que le protegería mientras
ella luchaba por limpiar su nombre. Al país donde podría andar libremente y sin
miedos mientras para ella significaba todo lo contrario.
Tras Zelo cruzar esa puerta ella se
entregaba a su propio infierno.