---Si soy yo ¿Quién habla? – Su voz se escuchaba diferente,
más madura. ¿Hacia exactamente cuánto
tiempo que no hablaba con él? Mati me hablaba de él, pero desde que se fue a la
universidad, dejé de tener contacto con él.
---Umm…Hola, soy Emily.
---Hey, ¿Cómo has estado? Tiempo sin saber de ti. – A pesar
del notable cambio en su voz, aún podía distinguir al adolescente siempre
alegre que conocí. Parecía que su
carácter no había cambiado demasiado.
---Bien, si lo sé ha pasado realmente mucho tiempo. – La
mirada preocupada de Min Hyuk me recordó la razón por la que había llamado en
primer lugar. - ¿Puedes pasarme a Mati por favor?
---Ella no está, acompañó a Rebeca a dejar unas cosas a
Guadalajara. La muy tonta confundió los celulares, se llevó el mío y dejó el
suyo. A decir verdad no sabía si contestar, pero como eras muy insistente…
---Si lo siento, es sólo que la deje en el aeropuerto y pues
no supe de ella y me preocupe.
---Creo que llegan hoy, le diré que te marque en cuanto
llegue ¿De acuerdo?
---Está bien, gracias.
---Entonces… supongo que nos veremos luego, porque piensas
regresar. ¿ O te quedaras siempre con los chinos? – Reí ante su comentario y
Min Hyuk me miró confundido.
---Claro que regresaré, sólo necesito arreglar unas cosas
aquí. – Respondí al mismo tiempo en que le hacía señas a Min Hyuk que ya
comenzaba a desesperarse.
---Bien, pues cuando regreses no olvides venir a visitarnos,
incluso pareciera como si te hubieras olvidado de que alguna vez fuimos amigos.
---Por supuesto que no, es sólo que no puedo ir y venir tan
fácil.
---Está bien… entonces nos veremos luego, y espero tener
noticias de ti pronto. Promete que al menos llamarás de vez en cuando.
---Lo prometo, bye.
---Adiós. – Después de eso colgué.
---¿Qué pasó, Ella está bien? – Preguntó Min Hyuk con
ansiedad. – ¿Con quién hablabas? ¿Que te dijo?
---Hey chico, debes calmarte. – Contesté. – Ella está bien,
está en su casa con su familia, llegó con bien.
---Entonces -porque no me avisó-
---Bueno, porque justo ahora no está en su casa… ammm salió a
un viaje corto con su mamá y se olvidó de su teléfono.
---Entonces, quien me contestó.
---Fue Diego, su hermano. Creo que Mati se equivocó de
celulares y se llevó el de él y dejó el de ella.
---Diego… - Intentó repetir el nombre con dificultad.
---Min Hyuk ¿Sabías que ella tenía un hermano? – Pregunté.
---Sí, lo mencionó un par de veces. Pero siempre que lo describía
creí que era un adolecente, alguien menor que ella. El chico que me contestó
para nada tenía la voz de un adolescente.
---Si, bueno creo que es comprensible la confusión. Diego es
algo… ¿como decirlo? Infantil. Es mayor que Mati por cinco años, pero es de
esas personas que parece que en realidad fueran un niño disfrazado de adulto.
Es divertido y juguetón, muy soñador y ama los videojuegos, de hecho trabaja
para una compañía de videojuegos, o algo así.
---Parece que lo conoces muy bien. – Observó Jung Shin.
---Si, supongo. Se retrasó un par de años, así que cuando
Mati y yo entramos a la secundaria, los tres íbamos en la misma escuela. Nos
hicimos amigos. Es alguien muy dulce también, aunque cuando se enojaba
realmente daba miedo.
---¿Era un matón? – Preguntó Min Hyuk interesado.
---No, es alguien muy tranquilo. Pero cuando se metían con su
hermana… él realmente la quiere mucho, y creo que por eso la cuidaba tanto. También
era algo celoso. Dicen que una vez le
fracturó las piernas a un chico con el que Mati salía. – Vi a Min Hyuk palidecer. – Si alguien la trataba
mal o le hacía daño, realmente se enojaba. Creo que es porque siempre la ha
visto como su hermanita pequeña, es muy sobreprotector.
---Ahhh – Min Hyuk se había quedado prácticamente paralizado.
---Así que cuando lo conozcas, sé correcto y sobretodo demuestra
que tratas bien a su hermana. Porque si no es así, realmente te irá mal. -
Compartí una sonrisa cómplice con Jung Shin. Tal vez, quizá estaba exagerando
un poco la historia. El teléfono de Min Hyuk comenzó a sonar, número
desconocido. Se lo entregué y salió de la habitación antes de contestar, cerró
la puerta.
---¿Te han dicho que eres realmente malvada? – Dijo Jung Shin
sonriendo.
---No lo soy, es la verdad. Bueno, quizá la exageré un poco,
pero lo que sí es verdad es que Diego realmente protege mucho a su hermana. –
Sonreí.
---¿Y tú? ¿También tienes algún hermano mayor del que deba
preocuparme?
---¿Perdón?
---Sí, bueno supongo que en algún momento tu familia se
enterará de que supuestamente estamos es una relación ¿No?
---Preferiría que no fuera así. – Contesté
---Oye, es verdad que no soy el más guapo, pero eso realmente
fue hiriente. – Dijo con tranquilidad.
---No me malinterpretes. Es sólo que… esto es sólo una mentira
que durará seis meses… ¿Qué caso tienen involucrar a nuestras familias en esto?
Les hará pensar que es una relación duradera, cuando la verdad sólo es una
farsa que durará unos pocos meses.
---Existen relaciones que duran mucho menos que eso.
---Ya, pero no es algo que creo le interese saber a mi
familia.
---¿Quién eres Emily? – Preguntó poniendo los codos sobre las
rodillas y mirándome fijamente.
---¿A qué te refirieres?
---Me doy cuenta que no sabemos nada de ti, salvo tu nombre,
que eres enfermera y que definitivamente no eras de las que se saltaban la reja
para escapar del colegio. – Dijo en tono burlón. – No sabemos cómo es tu
familia, o cuál es tu historia, ni siquiera sabemos si tienes antecedente
penales. – Obviamente estaba jugando, aunque noté que lo hacía para que no
interpretará sus preguntas como una descortesía.
Mi historia… ni siquiera sabía por dónde empezar, era
complicada. Fácilmente pude haberle dicho que estaba demasiado cansada o
incluso decirle que eso no era de su incumbencia y definitivamente me dejaría
en paz. Pero había algo… no sabía si era él o la situación o tal vez la
confidencialidad implícita en el hecho que una vez que todo acabara jamás nos
volveríamos a ver. No lo sé. Pero había algo que me decía que podía contárselo,
todo de mí. Que podía confiar en aquel chico de ojos cafés.
---¿Qué quieres saber? – Respondí con un suspiro.
---¿Cómo es tu familia? ¿Tienes hermanos, hermanas, sobrinos,
hijos? – Preguntó sonriendo, sus bromas, un intento por aligerar el ambiente y quitarle
el estatuto de seriedad a la narración que estaba a punto de realizar.
---Ok, ammm… Soy hija de padres divorciados, a los que desde
que tengo doce no los veo mucho. Es extraño, pero es asi. Tengo una hermana,
cuatro años menor que yo, se llama Ana. Tampoco la veo mucho desde que empecé a
estudiar la universidad, y bueno cuando terminé y regresé, ella se fue a un
internado en el extranjero. Es realmente inteligente y buena con los idiomas,
le va bien y estoy orgullosa de ella. Pero ya sólo nos vemos en vacaciones.
---Cuando pediste permiso para regresar a México, dijiste que
ibas a ver a tu familia… - Dijo Jung Shin.
---Extraño ¿No? Apuesto a que cuando me oíste decir eso
pensaste que iría a pasar navidad y año nuevo en un hogar acogedor con una
familia unida, que habría un montón de gente esperando por mí. Pero no, no es así. Pero no me
malinterpretes, no mentí. Realmente quería pasar tiempo con mi familia, estas
fechas son muy importantes para mí.
---Había querido preguntarte esto hace mucho… ¿Por qué en
estas fechas? Estuviste casi siete meses aquí y ni una sola vez pediste
regresar… pero ahora de pronto, querías apresurarte y arreglar todo para estar
allá en estas fechas.
---Quería estar ahí para el ritual. – Jung Shin me miró
sorprendido. Así que comencé a explicar. – No es nada malo, no es algo de
brujería ni nada de eso, es sólo el nombre que le puse a una vieja tradición
que tenemos en mi familia.
---¿De qué trata el ritual? – Preguntó Jung Shin
---Es una largar historia en realidad.
---Tenemos tiempo ¿No? – Podría haber elegido no decírselo,
no contarle nada, estaba segura que lo entendería; pero sentía que a él podría
confiarle todo. Era una extraña y desconcertante situación, ni siquiera a
algunos de mis amigos más cercanos les había dicho esto. No era una persona muy
sociable, mis ideas y sentimientos sólo los compartía con los más cercanos.
¿Había alguna razón lógica por la que yo le contara al chico que meses atrás se
había propuesto hacerme la vida imposible, todos esos recuerdos, aun aquellos
más dolorosos? ¿Había alguna explicación? De ser así, que alguien me la diera
por favor. Porque a pesar de cualquier razón, estaba confiando mi doloroso
pasado al mismo chico en que meses atrás no habría confiado ni siquiera la cosa
más insignificante.
---Verás mi madre es una mujer muy inteligente y con mucha
hambre de éxito y de ser la mejor, en la escuela era siempre la que sacaba
mejores calificaciones, se graduó de la universidad con honores. Después
conoció a mi papá y se casaron. Cuando mi madre se embarazó de mí, tuvo que
dejarlo todo, su trabajo, sus sueños, todo.
Pero seguía conservando las esperanzas de volver algún día. Después
llegó mi hermana y las cosas se complicaron para ella. Tener que quedarse en
casa a cuidar de dos niñas y ser una simple ama de casa, no era lo ideal para
ella, tenía muchos sueños y ganas de éxito aun, es algo fuerte decirlo, pero mi
hermana y yo nos convertimos en una carga para ella. Sé que nos amaba, lo
demostraba. Jamás nos trató mal en ningún sentido. Pero cuando pasas tanto
tiempo en una vida que no es lo que deseas, puede llegar a ser algo frustrante.
En fin, Después de pensarlo y hablarlo mucho, decidió cambiar papeles con mi
padre y mientras él nos cuidaba, ella salía a trabajar y convertirse en la
mujer empresaria y exitosa que siempre deseo. Todo parecía ir perfecto,
recuerdo que mi papá no era el mejor cuidándonos, pero se esmeraba en ello.
Pero él también tenía sueños ¿Sabes? Siempre quiso convertirse en fotógrafo y
viajar a los mejores escenarios y paisajes del mundo, capturar lo mejor del
planeta en su cámara. Así que cuando uno de sus amigos le consiguió una
oportunidad como asistente de uno de los fotógrafos más importantes y famosos…
rayos, no recuerdo su nombre, bueno, el punto es que tomo el empleo sin
dudarlo.
---¿Qué pasó entonces contigo y tu hermana?
---Ninguno estaba dispuesto a sacrificar su sueño. No los
culpo, me alegra que hayan logrado lo que siempre soñaron, estoy realmente
orgullosa ya que se convirtieran en lo que siempre soñaron. Pero creo que
tuvieron hijos demasiado pronto y se olvidaron que además de ellos, también
estábamos nosotras ahí. Hicieron lo que era más fácil, contrataron niñeras. Tenía
once años entonces. A mi padre sólo lo veía dos o tres días al mes, cuando
pasaba por la cuidad en uno de sus tantos viajes. Y mi madre, bueno a ella sólo
la veía por las noches, aunque también era común que saliera a juntas viajes de negocios. Así que mi hermana y yo
prácticamente nos quedamos solas, criadas por docenas de niñeras, que iban y
venían. Ahora imagina, si a nosotros nos veían poco, ellos prácticamente eran
dos desconocidos. Como era de esperarse, ellos decidieron que lo mejor era
divorciarse, nunca discutieron ni nada parecido, pero si ya no se veían, ¿Qué
caso tenía seguir juntos? Mi madre se quedó con la custodia y nos mudamos de
ciudad. Mi hermana entonces tenía seis, estaba a punto de cumplir siete, una
semana después de que mis padres decidieran separarse. Además, casi era
navidad. Entonces, por el bien de la niña, por dos semanas, fingieron que nada
había pasado. Pidieron vacaciones, y pasaban con nosotras todo el día,
intentando recuperar el tiempo perdido, actuaron como si nada jamás hubiera sucedido,
como si de pronto nos convirtiéramos en una familia unida, modelo, de revista.
Fueron las mejores dos semanas de mi niñez. Sentía que todo sería como antes,
que todo estaría bien, que nunca volveríamos a estar solas. Una vez que pasó el
cumpleaños de mi hermana, la navidad y esas festividades. Todo volvió a la
normalidad. Papás a su trabajo, y nosotras con las niñeras. Sin embargo, al año
siguiente se repitió, y al siguiente igual. Muchos niños esperan la navidad
para recibir regalos, yo lo esperaba para vivir mis dos semanas de fantasía.
Ansiaba más por el cumpleaños de mi hermana que por el mío propio. Es mi
ritual. Debes pensar que soy patética. Hice todo esto, sólo para vivir una
mentira. – Dije mientras un par de lágrimas caprichosas rodaban por mis
mejillas.
---Para nada.
---Ahora que mi hermana y yo somos mayores, ya no actúan
tanto. Ya no fingen como si se amarán, porque saben que Ana y yo estamos
completamente enteradas de su situación. Sin embargo, sigue siendo especial
para mí, Mis padres realmente se esfuerzan por compensarnos. A pesar de todo,
los amo. Y poder estar con ellos y con mi hermana durante dos semanas enteras
es… simplemente maravilloso. Es por eso que quería regresar justo en estas
fechas. Yo… realmente nunca le había contado esto a nadie, salvo a Mati.
Gracias de verdad, por escucharme. – Jung Shin sonrió, después se levantó y me
abrazó.
---Gracias a ti, por confiar en mí, Ahora debes descansar, en
un par de horas traeré tus medicinas. – Dijo saliendo de la habitación.
¿Qué es lo que acaba de pasar?
Una semana ha pasado
desde que me dieron de alta del hospital. El doctor Choi viene diario a revisarme
y a cambiar las vendas de mi pierna que ahora ya casi ha cicatrizado por
completo, dijo que en un par de días más ya podré caminar sin las muletas. Logré por fin hablar con Mati, se la estaba
pasando bien con su familia y me alegraba de ello, cuando se enteró de mi
accidente quiso regresar de inmediato pero se lo prohibí terminantemente. Min
Hyuk también habló con ella. Se molestó un poco conmigo por exagerar un poco
respecto a Diego, pero se le pasó en cuanto le prometí prepararle algo de
comida mexicana en cuanto me pusiera mejor Todos me han cuidado, en especial
Jung Shin, realmente parece un enfermero pagado.
Y aunque le estoy agradecida por todas sus atenciones, llega
a resultar un tanto sofocante. Quisiera salir al patio, caminar, incluso
correr, ir al jardín, respirar aire fresco, pero como ha estado lloviendo y haciendo
mucho frio, él me lo impide y dice que si sigo así jamás me recuperaré. Me he
decidido a soportarlo sólo un poco más, después de todo, sé que no lo hace con
mala intención.
Después de la plática que tuvimos aquel día le tengo más
confianza. Jamás pensé que pudiera llegar a ese nivel de confidencialidad con
alguien que prácticamente acababa de conocer. Así que he decidido seguir así y
no llevarle la contraria. Si seguimos así, creo que la mentira resultará más creíble,
si somos amigos en la realidad, podremos fingir que somos algo más en la fantasía.
A propósito, Min Hyuk me contó que los fans afuera de la casa al fin se habían
ido, supongo que la gente se llega a cansar de todo. Sin embargo en la red es
otra cosa, ahora que tengo un montón de tiempo libre, me he puesto a investigar
un poco, incluso crearon un grupo Anti-Emily. En otra época quizá me hubiera provocado
alguna reacción, pero ahora sólo me resulta irrelevante, valla no debería ser
normal acostumbrarse a ser odiada y sin embargo parece que ahora lo estoy
haciendo.
He visitado a Yong Hwa en un par de ocasiones, suerte que su
habitación queda a unos cuantos metros de la mía, si viviera en la parte de
arriba estoy bastante segura que Jung Shin me lo hubiera prohibido. Casi puedo
escuchar su voz:
EMILY, NO PUEDES SUBIR
ESCALERAS, ¿ES QUE ACASO NO TE QUIERES RECUPERAR NUNCA? SOY LA AUTORIDAD AQUÍ,
ASI QUE SI NO ES NO. DEBES OBEDECERME, PORQUE SÉ LO QUE ES MEJOR PARA TI, BLAH,
BLAH, BLAH.
Yong Hwa sigue estable, sus padres se mudaron también para
estar siempre aquí. El doctor Choi les enseño como cuidar de él lo mejor
posible y también yo los asesoro en lo que puedo. La señora Jung aún se muestra
distante conmigo, pero al menos me permite visitar a su hijo. Siempre que lo
visitó hablo con él y tomo su mano entre las mías, siempre la aprieta. No se lo
he dicho a nadie, no quiero que comiencen a tener falsas esperanzas, pese a que
estas empiecen a crecer con hierba salvaje, dentro de mí.
Líder, despierta pronto por favor.
Las cosas parecen fluir, siguiendo su curso, encajando y
acomodándose poco a poco, como piezas de un enorme rompecabezas. Sólo hay algo
que me inquieta, mejor dicho alguien. Intenté suprimir mis sentimientos y
preocupación durante tanto tiempo que ahora me resulta imposible seguirlo
haciendo.
Durante todo este tiempo jamás pregunté por Jong Hyun, y los
demás jamás lo mencionaban, al menos no delante mío. Era una situación
surrealista en donde el nombre de Jong Hyun parecía haber desaparecido de
repente de las mentes y los labios de todos, incluidos los míos. Fingía desinterés
mientras que por dentro sentí ese vacío que había dejado él, necesitaba de él,
sus palabras reconfortantes, su forma de siempre hacerme sentir mejor, su
sonrisa…
¿Dónde estás?
¿Estás odiándome, justo ahora?
¿Estás bien?
Estaba cansándome de este falso desinterés. Estaba temerosa
de que me odiara, estaba temerosa de enfrentar mis errores y la forma en que lo
traté, pero no podía seguir así. Por lo que me decidí y empecé a preguntar por
él. Sin embargo cada vez que estaba a punto de hacerlo Jung Shin cambiaba el
tema de repente y Min Hyuk no sabía nada de su paradero. Los demás tampoco, o
no querían decírmelo. Veía que escondían algo en sus miradas.
Sun Hee también había desaparecido de repente, al parecer ni
siquiera había avisado que iba a dejar el trabajo, llamaron a la agencia y
confirmaron que había ido a renunciar, pero directamente a la compañía y no con
los chicos, no había vuelto a la casa y había mandado a un par de chicas y una
señora para que recogieran sus cosas. No había dado explicaciones al respecto,
sólo se había ido.
La noche del día siete, estaba dormida y desperté de repente.
Otra vez esa sensación. Esa horrible sensación de saber que algo malo sucedería.
Sólo una persona venía a mi mente,
No de nuevo no, por favor.
Desperté agitada y sudando, esta vez no había sido tan
intenso y en mi sueño no veía nada claramente, sólo eran borrones y manchas,
que se convertían en pesadilla si estaban acompañadas de esa sensación
¿Y si? ¿Y si qué…?
Jong Hyun estés donde estés, por favor… dime que estás bien.
Miré el reloj en la mesita de noche, las doce y media. Tomé
un poco de agua e intenté dormir de nuevo, intento fallido. Necesitaba aire
fresco. Tenía ganas de ir a la azotea, pretender que Jong Hyun estaría ahí para
mí y para decirme que todo iría bien, para calmarme con sus palabras y hacerme
sentir esa tranquilidad que sólo él podía darme.
Tomé una manta delgada, me envolví en ella y me levanté para
ir a la azotea. Supuse que Jung Shin estaría durmiendo en ese momento así que
no podría impedírmelo. Tomé la muleta y abriendo la puerta teniendo buen
cuidado de no hacer ruido me escabullí fuera, Subí las escaleras despacio.
Hasta llegar a mí destino.
Las luces estaban apagadas, sin embargo la luz de luna era
magnifica e iluminaba todo, además, le otorgaba un aspecto aún más hermoso al
cielo estrellado. Comencé a recorrer la pared buscando el interruptor de luz,
entonces sentí algo más. Otra mano, fría como el hielo. Volteé, la silueta de
un hombre situada frente a mí.
Solté un gritó y torpemente intenté regresar por donde había
venido, entonces él rodeó mi cintura con un brazo y tapó mi boca con la otra
mano.
---Tranquila, soy yo. – Respondió y quitando la mano de mi
boca, encendió las luces. No lo dudé ni un segundo y lo abracé con
desesperación.
---Estás aquí, estás bien. Creí que algo te había pasado, por
favor, nunca vuelvas a irte de aquí, Promete, Jong Hyun, promete que jamás te voltearás
a ir así. Moriría si algo llegara a pasarte. – El me miraba completamente confundido
ante mi reacción. – En verdad lamento todo lo que te dije, Perdóname. En
realidad estaba muy enojada y no pensé lo que dije. Todo era una mentira. Fui
una tonta, pero de verdad no puedo seguir sin ti. – Hablaba tan rápido que seguramente ni
siquiera estaba pronunciando bien las palabras. Él sólo correspondió mi abrazo.
Suspiró
---¿Qué voy a hacer contigo, eh?