viernes, 17 de enero de 2014

Seguridad





Narra Khiara:

Interponerme entre YoungJae y DaeHyun no había sido una de mis mejores elecciones. Pero mi cuerpo se movió prácticamente solo, no quería que lo lastimaran y en esa aberración mía, al final, la lastimada fui yo. Sentí un gran golpe en las costillas por lo que me aferre más a DaeHyun. El dolor físico era fuerte pero el emocional lo era más. Saber que la persona que me había dañado era YoungJae, me hacía sentir indescriptiblemente mal. Casi nunca habíamos discutido y nunca me había golpeado. ¿En qué momento cambiaron las cosas para ambos?

Me aferre aún más a DaeHyun sobre todo después de caer sobre de él. Me tomo por los hombros y luego me abrazo, no me había dado cuenta de en qué momento comencé a llorar, varias lagrimas se desplazaban por debajo de mis ojos y al final aterrizaban entre mis mejillas y su pecho, que ya estaba comenzando a humedecer su ropa. Así permanecimos unos momentos más hasta que DaeHyun trato de levantarse. Con algo de su propio esfuerzo y el de Kim Unnie pude ponerme en pie y entrar a la casa. Aun el dolor en mis costillas seguía presente... un poco más fuerte y seguramente estarían rotas. 

Al estar dentro. Yo con ayuda de Kim Ah Ri y DaeHyun con la ayuda de uno de los policías mi padre y el señor Yoo nos dirigieron a la recepción. Ninguno de los dos tenía buena finta y ambos tenían la mirada llena de incertidumbre, miedo y tal vez coraje. 

Me senté en uno de los extensos sillones y a Dae lo hicieron sentarse en el pequeño. Con vista a todos los presentes y viceversa. Irónico era que él podría considerarme la culpable de todo pero los demás le asechaban.

--- Desapareciste toda la tarde. ¿Dónde rayos te habías metido? –Al final habló mi padre, frío y segado por una irá desconocida por mí. Pocas veces me había gritado o hablado de esta forma.
--- Tranquilo Sebastián. Nena, Khiara, ¿Qué paso?... Desapareciste y no dabas señales de vida. –Me tranquilizaba tener al señor Yoo en ese lugar. Calmo a mi padre y se dirigió a mí de manera cariñosa.
--- ¿Qué hacías con él Khiara?... ¿Lo has estado viendo?. Te lo prohibí. –Kim Ah Ri trato de calmar a YoungJae. Estaba demasiado alterado y acciones y palabras ya lo habían demostrado. –Tiene una herida en la cabeza. Puedo ver tu sangre Khiara. Demonios di que fue lo que sucedió –su tono se elevaba cada vez más. Al final desquito su irá pateando uno de los sillones.
--- ¿Fuiste tú el causante de esa herida? –Cautelosamente hablo el Señor Yoo. 
--- Él no la causo. –Por fin pude hablar, con un hilito de voz.- Trate de comunicarme con alguno de ustedes pero nadie contesto –Comencé a llorar- Estaba en el parque y alguien lanzo varias piedras sobre mí. No se trataba de una broma, alguien quería dañarme… podía sentirlo. Esa sensación escalofriante, esa mirada fría y profunda. –Al escuchar aquello mi padre me abrazo. – Me sentía acorralada. La única persona que tenía en esos momentos fue DaeHyun.
--- ¿La única persona DaeHyun?... Así que le conoces bien. –YoungJae se posó enfrente de Dae y amenazaba con golpearle nuevamente. Lo note y lo más rápido que pude me dirigí hacia ellos. 
--- Me encontré con él en la universidad e intercambiamos números. Fue el día de entrega de resultados… pero claro, no puedes saberlo. Tú no estabas ahí –Dije casi en susurro para que los mayores no descubrieran nuestras mentiras. Me interpuse nuevamente protegiendo a Dae. Encarando a YoungJae y liberando un poco de mi frustración, de mi rabia por creerme poco importante para él.
--- Tranquilízate YoungJae. –Kim Ah Ri lo arrastro a otro lado. Yo por mi parte me situe a un lado de Dae que desde hace momentos no paraba de tocarse la cabeza y varios de los golpes que le había dado Jae. 
--- Estoy de acuerdo con tu compañera. Si no te tranquilizas me veré forzado a sacarte y no quiero hacerlo hijo. –Hablaba el señor Yoo.
--- Nadie se da cuenta. En primer lugar nada hubiese pasado si no saliera sola. Si hubiese aceptado la seguridad que le brindaba, lo hice porque la ciudad es cada vez más insegura. Además debió buscar más recursos para hablar con nosotros y no con este –No entendía el por qué tanto odio. Me estaba molestando mucho su actitud.
--- No la acepte y aun así pusiste a alguien como mi sombra, de noche y de día. No te entiendo YoungJae. –Tome un poco de aire- Él se llama DaeHyun y sabes… me salvo de ese o esos tipos. Si tienen que poner un castigo o un regaño soy la única persona que debe acaparar con ello. DaeHyun no tiene por qué hacerlo. Él ni siquiera debió salir herido… ¿No es tu trabajo ser detective? -Tome otro respiro después de dirigirme a YoungJae para no gritar de esa rabia que ni yo misma me explicaba- Debiste investigar lo que estaba pasando antes de actuar. No te reconozco del todo YoungJae. 

Mi acusado apenas iba a hablar cuando entro una de las amas de llaves corriendo, con varios hombres detrás de ella. Todos vestían de trajes negros y la mayoría tenia finta de matones. El ama de llaves, se disculpó diciendo que no quisieron esperar fuera y que no pudo detenerlos. Todos esos hombres estaban ya dentro y uno de ellos, examinando el lugar como buscando respuestas al final situó su mirada en DaeHyun quien había permanecido siempre en aquel sofá. Tal vez no sabía cómo reaccionar sobre lo que estaba pasando, pero cuando vio a ese hombre inmediatamente se paró, dio una reverencia para después ponerse casi recto. Su mirada estaba encajada en el piso, como si fuese la cosa más grandiosa que había visto y no pudiese apartar su vista de él. 

--- Así que aquí estás. Seguí los trastos de mi carro y me preguntaba cómo es que estaba en la casa de mi amigo Yoo. –No conocía a ese hombre pero estaba relacionado con la familia y DaeHyun.
--- Lo siento jefe. Me encontraba en una situación de peligro, tuve que tomar su carro. –Dio otra reverencia. Ahora entendía un poco de lo que hablaban.
--- ¿Algún problema con el chico Han? –Habló finalmente el señor Yoo. 
--- Claro que lo hay. Este chico es mi guardaespaldas y salió como alma que lleva el diablo con uno de mis autos. No me gusta arreglar este tipo de problemas personalmente, pero tengo chips de rastreo en todos mis autos. Ya sabes, seguridad propia. Entonces vi que se encontraba aquí. Cosa extraña ¿no crees? –La voz del hombre era tranquila pero se veía molesto. 
--- Lo siento. Hemos metido a tu chico en otro tipo de problemas –Mi padre trato de mantenerse en la conversación.
--- Me agradas mucho chico –mencionaba mientras se acercaba más y más a DaeHyun.- Pero te contraté por velar mi seguridad. Tomaste uno de mis autos por razones aún desconocidas así que debes tomar responsabilidad de ello. Entrega las llaves y todo aquello que te hayan dado los de seguridad a uno de mis hombres. Estás despedido. –DaeHyun seguía con la cabeza baja, saco unas cuantas cosas de sus bolsos y se lo dio a uno de esos gorilas. El señor Han regreso y solo pidió disculpas por arreglar ese asunto en cada ajena. El señor Yoo no sabía cómo reaccionar, yo misma no lo sabía. Habían despedido a DaeHyun por mi culpa y eso empeoraba mi situación con él. 

Mi padre fue quien acompaño a ese hombre fuera de la casa mientras el señor Yoo y YoungJae se dirigían al estudio. El ambiente se había puesto más tenso. 

Con la mayor cautela posible trate de acercarme a DaeHyun después de pedir al ama de llaves el botiquín de primeros auxilios y unos hielos para curarlo. Estaba tratando de hacer lo mejor pero siempre terminaba lastimándolo más. 

--- Perdón. Si no te hubiese llamado tú no estarías en esta situación. Sin trabajo y golpeado –Hablé por lo bajito pero haciendo una reverencia en forma de disculpa.
--- Las cosas pasan por algo. Además para mi es más fácil de esta forma, el me despidió así que me evito renunciar. Queda muy poco para entrar a la universidad, ya no podré trabajar en algo como guardaespaldas –Contesto DaeHyun queriendo regalarme una sonrisa pero antes de poder hacerlo se quejó por una herida en su labio. 

Estaba limpiando la herida de sus labios cuando me quede observándolos. Algo en ellos me hacía no quitarles la vista de encima, además recordé que su sonrisa era hermosa. Acerqué mi mano junto con una toallita para limpiarle la herida, la cual traté de limpiar bien, pero él se quejó aún más. Esa abierta debía ser dolorosa, su tamaño era pequeño pero si era algo profunda. 

Hubiese deseado no salir de la casa ese día, si no lo hubiese hecho nada estaría pasando. Aquella tarea era tan difícil para mí, trataba de hacer lo mejor cuando de pronto llegó YoungJae. Fue directo a mí, me tomo del brazo y me llevo casi arrastras. Lo único que alcance a escuchar fue decirle a Kim unnie “Cuídalo”. Mientras DaeHyun se paró como queriendo detenerlo y soltarme pero inmediatamente Kim Ah Ri se interpuso. 

Trate de zafarme, pero cada uno de mis intentos eran en vano. Finalmente llegamos al estudio del Señor Yoo donde se encontraba él y mi papá… fue hasta ese momento que YoungJae me soltó.

--- Aquí está –Dijo con voz fría. Parecía muy enojado.
--- ¿Qué es lo que pasa? –Apenas y pude hablar. Todos me miraban de una manera extraña.
--- Estábamos discutiendo sobre lo que paso hoy. Dijiste que alguien trato de hacerte daño… este país ya no es muy seguro. –Mi padre fue directo hacia mí, dando un paso con entre cada una de sus palabras.


<<<Flashback>>>
Una vez que el padre de Khiara despidió al señor Han se dirigió junto con YoungJae y el Señor Yoo al estudio.
--- Debemos buscar seguridad a Khiara. La ciudad no es tan segura como ustedes lo creen –Hablaba YoungJae una vez que el Señor Sebastián entro. 
--- Pero no logro explicarme como sucedió esto. Lo que ella dijo, que alguien la seguía, ¿Quién rayos pudo hacerlo? –La preocupación del señor Yoo se notaba por el tono y las palabras que empleaba. Ninguno de los presentes creía lo que le había pasado a Khiara y sobre todo lo que ocasiono con el joven que estaba en la sala, DaeHyun.
--- Tal vez alguien la quiere utilizar se señuelo o pedir dinero por ella. –Contesto YoungJae, tratando de no echarse de cabeza el mismo.
--- ¿Pedir dinero?... imposible. Yo no tengo dinero –Habló el señor Sebastián, mientras caminaba de un lado a otro, como queriendo encontrar la respuesta.
--- Usted no, pero mi padre sí. Él la quiere como a una hija, sería fácil que él accediera a pagar dinero por tener a salvo a Khiara. –Los mayores se quedaron observando. Debían confiar en YoungJae él era detective y debía saber más al respecto.
--- Entonces contrataremos seguridad para ella. Ese chico de allá afuera fue despedido por su culpa y debe confiar en él como para haberle llamado –Al escuchar aquello de la boca de su propio padre, YoungJae se paró de inmediato. Pensó que su padre estaba loco como para decir aquello. Definitivamente Khiara no estaría al cuidado de alguien como él.
--- Puedo encontrar a alguien- Contesto, tratando de evitar que DaeHyun fuese quien cuidará de Khiara. Algo no le gustaba y no quería que él se acercará a ella.
--- Le contrataré seguridad, pero no será nadie que ella no quiera. Si no te opones Sebastián… hablemos con ese chico y con Khiara –El señor Yoo recibió un asentimiento del padre de Khiara, aunque su hijo estuviese aún en contra. 
--- Iré por Khiara- Habló el señor Sebastián, pero inmediatamente YoungJae se ofreció y fue por ella.


<<<Fin Flashback>>>


--- Ya he dicho que lo siento –Conteste. 
--- Lo que paso hoy. No creemos que haya sido coincidencia, alguien debió intentar algo en tu contra. Tendrás un guardaespaldas como mínimo y no funcionará que te opongas –Mi padre hablo tan firme que apenas y podía creer lo que habían hablado sin mí.
--- Esoo… no puede ser. –Fuera libertad, pensé.
--- No es algo a discusión Khiara. No estoy a favor del candidato pero es por tu bien. –Por primera vez en la noche escuche hablarme de manera tan delicada a YoungJae.
--- Quiero a Kim Unnie. Si no es ella no aceptaré a nadie más –No estaba en el momento ni situación de ponerme en este plan pero el pensar que estaría un “candidato” no me agrado. Ser cuidada por un hombre no sería algo cómodo.
--- No estás para ponerte así hija. Vas a aceptar a quien nosotros decidimos y punto. No sé por qué te pones así… estaremos pagando lo que ha hecho por ti y los problemas que le causaste a ese chico. -¿Quéee? DaeHyun. Mi padre se refería a DaeHyun como mi guardaespaldas. No lo podía creer. Aunque me desagradaba la idea de ser cuidada por alguien y sobre todo un hombre, pensar que ese hombre sería él no me hacía sentir tan mal. Él me caía muy bien y después de todo lo que ya había hecho por mí y los problemas que le cause me hacía sentir algo extraño. Pareciera que ese sentimiento extraño era felicidad. 

Sin que nadie más dijera nada y yo no terminará de salir de mi shock llegamos a donde se encontraba él con Kim Ah Ri, pero cuando llegamos me sorprendió lo que vi. DaeHyun estaba demasiado cerca de Kim unnie, tanto que pareciera que lo próximo sería un beso con solo acortar un poco la distancia. 

Kim noto nuestra presencia y siguió “curando las heridas de Dae”. Los demás debieron creer ese cuento, pero era mujer, podía ver cosas, detalles que los demás no vieron. De alguna manera extraña me sentí enojada, sentida y dolida con Kim Ah Ri y con DaeHyun aunque no tenía la respuesta al por qué. 

--- Buenas noches muchacho –Hablo el Señor Yoo.- 
--- Buenas noches –Les contesto DaeHyun quien se levantó del sofá e hizo una reverencia-
--- Te tenemos una oferta de trabajo. Después de lo que sucedió hoy y los problemas que te causo Khiara y nuestra familia. –Mi padre no encontraba las palabras correctas. Es por eso que comenzó a rascarse un poco la barbilla y volteo a otro lado. Era una de sus mañas.
--- Lo que los mayores quiere es ofrecerte trabajo. Ser guardaespaldas de Khiara –Saliendo de la parte más alejada de nosotros hablo Jae y al mismo tiempo se posó enfrente de DaeHyun. Nuevamente esas miradas retadoras se hicieron presentes dejándonos anonadados a los demás. Sus miradas se cruzaron y así se quedaron bastante tiempo. Hasta que por fin DaeHyun Habló.

“¿Cuándo comienzo?” –Con una sonrisa de lado en el rostro se quitó de donde estaba YoungJae y fue directo a donde me encontraba yo con los mayores. Mirándome directamente a los ojos por lo que parecía ser una eternidad. Esa mirada, a pesar del golpe que tenía cerca del ojo, tenía un brillo que me hacía temblar un poco. 

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miércoles, 15 de enero de 2014

Lazo invisible





--- Vete. Si te atrapan… no podré hacer nada –Sentenció nuevamente la chica a lo que él le soltó de la mano y salió corriendo del lugar. Dejando a la chica en aquel oscuro y frió lugar, dispuesto a no mirar atrás. 


* * * * * * * * * * * * * *


JaeHwan no dejaba de pensar en lo sucedido. Trató de buscar algo lógico pero aun así no obtenía nada.


             ¿Estaba siendo egoísta?


Claro que lo estaba siendo pues lo único que deseaba era salir de ese lugar. Que nadie detuviera su andar.  No encontrarse con seres como los que le habían acorralado minutos atrás.

Correría todo lo que pudiera dando por hecho que su vida dependía de ello. No se detendría por nada. No hasta que se sintiera a salvo.

Esos eran sus pensamientos, pero en determinado momento olvidó todo aquello y se detuvo. Recordó el rostro y el cuerpo herido de la chica haciéndole pensar en el dolor que tenía que soportar, sola, en un lugar tan hostil, propensa a que llegaran por ella y peor que morir, le capturaran.

Ella se había sacrificado por él, soportando hasta el último momento para que no le llevaran. Para que estuviese corriendo por esas desiertas calles en buscar de un lugar seguro, aun cuando ella misma sabía que si él no estaba, quedaría propensa a cualquier cosa, a esos seres. Aquella chica que se hizo llamar ‘Eresh’ jamás pensó en ella misma desde cualquier punto en el que analizaba la situación.

Iba a tres cuadras de distancia. Sus pulmones necesitaban recibir oxigeno adecuadamente, así como también necesitaba tiempo para dejar fluir sus sentimientos por encima de su ‘inteligencia’. Cayó de rodillas ante una sola idea:


                  ¿Estaba haciendo lo correcto por hacer caso  a las palabras de la chica?


No era inhumano. Aun con lo que había visto no podía permitir que la persona que le había salvado quedara a merced de morir en un lugar tan repugnante y mucho menos a que le encontraran.  Que le hicieran más daño del que nadie puede merecer en la vida.


                                ¿No era humana?                           
                                                                      …No importaba.


Se levantó poco a poco. Cerró sus puños y se echó a gritar con todas las fuerzas que le quedaban.  Dio media vuelta y con pasos temblorosos decidió que éstos le llevarían, nuevamente,  a aquel callejón sin salida.

Regresar podía significar su muerte o algo peor pero no se convertiría en alguien tan ruin como para dejarle sola en aquel lugar. Sus pasos, poco a poco, se hicieron más certeros. Tenía la esperanza que la chica estuviese con vida y que ambos salieran de aquello juntos.

Llegó con gran velocidad. Nunca en su vida había corrido de aquella forma, ni siquiera cuando se estaba marchando del lugar. Con la tenue luz que brindaba el lugar, observó aquel cuerpo pero no era lo único. A su lado se encontraba alguien más.

--- Aléjate –Pronunció dando a entender que estaba dispuesto a hacer todo para defender a la pelinegra. Había acabado con uno de los hombres con sólo toque y si era necesario, lo intentaría nuevamente. Se acercó poco a poco hasta toparse con una mujer. Algo en él se estremeció, como si existiera un gran lazo entre ellos, pero que impedía que confiara en ella.

--- Nos necesitamos el uno al otro –Contestó recostando el cuerpo de la chica en aquel frío lugar y así mismo poder encarar a Ken –Tú no podrás salir sin mi ayuda y yo no puedo hacer nada para salvarla, pero tú sí. Necesito llevarla a un lugar seguro y me ayudarás.

--- ¿Quién eres? –Preguntó como si el miedo fuese algo que no conocía. La mujer le miró con algo de repulsión. Aquel cabello, esos ojos, esa voz, ese todo… Tenía el arma más letal contra Eresh ahí mismo.

Podía sentir los dos seres en su interior. Uno estaba dormido, pero no duraría mucho en ese estado. Era irónico que JaeHwan fuera la única persona capaz de terminar con todos.

El silencio abundó. Aris deseaba despedazar a la persona que tenía enfrente. Terminar con las dos personas que más odiaba de un solo golpe, antes de que le fuera imposible, pero debía dejar sus sentimientos a un lado y seguir con el plan. Salvar a Eresh y que todo procediera como los excluidos y ella misma habían planeado.

--- ¿Ayudarás? –Ambos sentían algo en contra del otro pero teniendo de por medio aquel cuerpo casi inerte decidieron hacer lo mejor para ella. –Pierdo tiempo y su existencia está en peligro.

--- ¿Estará bien? –Preguntó mientras se acercaba a la pelinegra y la tomaba en sus manos. Quitó algunos mechones de su frente y trato de no lastimar aún más su herida.

Aris no supo qué hacer, cómo reaccionar. Aunque odiara a Ken, no podía negar que él existía más que el otro. No debía odiar a JaeHwan, quizás no tenía las razones suficientes… quizás podía pensar en otro fin a sus planes.

--- Estará bien sólo con tu ayuda, así que debes luchar con todas tus fuerzas –Ken no entendió esas palabras pero no quiso cuestionar nada más. Salieron de aquel lugar y subieron a un automóvil cercano. En segundos arrancaron, Viajando por calles totalmente transitadas.


--- ¿Cómo te llamas? –Preguntó Ken mientras sostenía a Eresh en sus manos, observando como aquel cuerpo estaba sangrando cada vez un poco más. Sus heridas eran muy profundas, pero eso no era lo que más le preocupaba, pues las convulsiones iban en aumento. Aris que iba de piloto observaba a aquellos dos, su vínculo no estaba roto y no lo estaría mientras estuvieran vivos.

--- Te han ensuciado –Dijo casi en un susurro, luego continúo hablando más alto–Aris. Ese es mi nombre… -Observó nuevamente a los amantes sin evitar que una lagrima recorriera su rostro. Recobró el aliento. Ken se veía demasiado asustado. –Ella no ha dejado de luchar y no se dará por vencida. Se está poniendo en trance, y estará de ese modo hasta que encontremos una forma de salvarla… No te preocupes por las convulsiones, son sólo un efecto del lugar en el que está, entre la vida y la muerte.


Ken seguía sin creer todo pero asintió.

--- Tus dudas serán aclaradas en su momento –Y fue lo último que hablaron aquellos dos. JaeHwan tocó la frente de la chica preguntándose que conllevaba, realmente, la lucha que estaba teniendo. Sujeto sus manos con sumo cuidado. Tratando de transmitir fuerza y hacerle saber que no estaba sola.

--- Vas a estar bien –Susurró a su oído para después plantarle un delicado beso en la mejilla.



Desviaron su viaje un par de veces hasta llegar a un barrio olvidado. La chica aparcó fuera de una casa desgastada y bajo. Abrió la puerta trasera para que bajara a la chica y después siguió los pasos de Aris dentro. Aquel hogar era su refugio.


--- Recuéstala ahí –Señaló una enorme cama con sábanas blancas. El deteriorado barrio y el exterior de la casa no tenían nada que ver con las lujosas habitaciones. El chico no supo que hacer después de recostar a Eresh. Miró alrededor, esperando por otra indicación.

Algo le decía que se fuera de ahí pero algo más le retenía. La sola idea de dejar nuevamente a la chica le aterraba. No confiaba en nadie. Tenía miedo que la atacaran. Ya no solo se trataba de él… algo le hacía unirse a la pelinegra.

--- Sé que no confías en mí y que hay algo que te hace aborrecerme, pero no estarás seguro en ningún otro lugar. Si te vas no tardarán en encontrarte y eso no sólo te pone en peligro a ti.

--- ¿Por qué me quieren?... Yo… Yo deshice a uno de ellos sin saber cómo.

--- Sólo ella te puede decir lo que sucede –Dijo mirando al chico, tratando de convencerse a sí misma que aquel que tenía enfrente era el mismo que había conocido años atrás. Reconocía que había tenido problemas con la chica que estaba recostada a su lado pero le apreciaba demasiado.

Además, no se trataba de ellas, se trataba de muchas más personas que estaban hartas de ese mundo y que estaban dispuestas a hacer lo posible para salir de él.

Los ángeles y demonios estaban tramando cosas grandes y los excluidos, como ella, no sabían de qué trataba, aunque algo si era seguro.  Aquellos seres que habían luchado uno contra otros por miles de años, estaban haciendo alianzas y de manera silenciosa, pensaban comenzar una guerra donde los protagonistas principales eran los mismos que tenía enfrente.



                                                  




Ken se quedó en la casa de Aris. La ropa y la comida provenían de personas que vivían en esa pequeña comunidad.

Siempre salía a tomar un poco de aire, notando que todos le miraban de manera extraña pero aun así siempre le daban una buena cara y eran educados con él. Era la primera vez, desde que tenía memoria, que le trataban tan bien.


El tiempo pasaba y él lograba entender muchas cosas más. Sabía que era un ser como ellos y con su ayuda, comenzaba a desarrollar sus poderes. Eso era nuevo para él, pero cada vez que veía entrar a más personas y tocar a la pelinegra algo en él se movía. No dejaba de pensar que alguno de ellos le dañaría, pero no lo permitiría.

Cada noche salía a escondidas de todos y ‘entrenaba’ por sí mismo. Estaba logrando grandes cosas. Lo que pareciera imposible, lo estaba logrando. Sentía como se volvía cada vez más fuerte y eficaz para cuidar de Eresh a pesar de no mostrarlo a nadie más, ni siquiera a Aris que resultó ser demasiado amable con él.


“Protectora” así llamaban a la pelinegra muchos de los que habían ido al lugar en busca de ayudarla. Siempre intentando de una y otra forma sanarle y sacarle del trance en el que había entrado, pero era inútil.

Las esperanzas se iban desvaneciendo poco a poco para ellos. Había paso un mes y no daba ninguna señal de despertar así que como última herramienta, era que cada uno de los que la visitaban le donaban un poco de su energía.


                       ‘No es suficiente, va a morir’


Odiaba esas palabras, que las dijeran. Odiaba que nadie tuviera el poder suficiente para hacerla despertar.


                    ¿Era idiota?


Claro que sí, porque no hay cosa más idiota que aferrarse tanto a alguien más. Por odiar la sola idea de no ver a esa persona, aun cuando esté postrada en una cama. No se puede ser más idiota que él por desear estar en el lugar de ella aun cuando no la ha conocido.



                       -ángeles –demonios-



Era difícil de entender todo lo que sucedía pero se esforzaba.

… Uno más de sus cansados días había terminado y aunque Aris no dijera nada, sabía que ella también se estaba desesperando de ver a la pelinegra en el mismo estado.

La noche llegó y después de  bañarse y cenar algo ligero, en presencia de algunos compañeros de Aris, se dirigió, como todas las noches a acompañar a Eresh…


Le acarició el cabello y se lo cepilló. Fue por algunas toallas húmedas y hasta donde se permitía, trataba de mantenerla limpia. Cambió las gasas de las heridas que seguían igual, o peor.

Le observó y se sintió impotente. Todos decían no poder hacer nada, pero… ¿Por qué?... Cada uno de los que iban al lugar eran personas que sabían dominar sus poderes ¿Por qué no podían?



Se alejó de la chica y tiró todo lo que encontró a su alcance. Sentía tanto coraje con todos, con él mismo… por no saber lo que esa chica despertaba en él. Se calmó y poco a poco se fue acercando a ella, enredando nuevamente sus dedos en la melena femenina.

--- No me gusta Eresh –Dijo como si fuera a recibir una respuesta –Hee Sook, así te llamaré en el futuro –No volvió a recibir respuesta y las lágrimas se iban acumulando en sus ojos –Vamos a descubrir cómo curarte –Le besó la frente y con una mano comenzó a tomarle las heridas descubiertas.

Una queja de dolor hubiese sido gratificante pero ni siquiera eso recibió de la chica.

Permaneció en esa posición unos momentos más, pero el cansancio le fue tomando poco a poco hasta que se recostó al lado de ella.

Tomándola entre sus brazos y durmiendo plácidamente. Olvidando todo lo que existía fuera de esa habitación.

domingo, 12 de enero de 2014

¿Qué me pasa?




Narra Young Jae:



Las cosas parecían cambiar de un “bien” a un “mal” repentinamente con Khiara. Definitivamente me estaba enfocando mucho más en el trabajo, sobre todo para encontrar a Bang, no quería que él le hiciera daño a mi pequeña. Cuando pensaba irse un día antes para estar cerca de la universidad me negué rotundamente. Para mayor seguridad me ofrecí a llevarla. 

Cuando llego al comedor los mayores se le abalanzaron así que me aleje un poco, no quería atosigarla o ponerla nerviosa. Todo en esa mañana parecía ser tranquilo aún con los nervios que tenía. El camino, por ejemplo, fue callado. Al llegar a la universidad estacione el automóvil y le di un abrazo cuando ya estaba afuera de él. 

Creí que todo iba bien pero aun así, a una distancia prudente, seguí a Khiara. Caminaba muy rápido y con lo despistada que era no se dio cuenta de que alguien se abalanzaba sobre ella. Corrí lo que pude entre aquella multitud. Kim Ah Ri también lo hizo. Cuando por fin llegue aquel chico la estaba sujetando así que me interpuse. Era el mismo chico que le había salvado el otro día. 

De alguna manera Kim y yo no estábamos muy tranquilos, había algo que debía hacernos sentir mal. A mi ese chico no me agradaba en absoluto así que me mantuve sin hablar mientras todos los demás parecían querer pelear. No quería que Khiara se molestara conmigo, ella sabía de sus guardaespaldas y seguramente se molestaría conmigo. Trate de tranquilizarme y que Kim Ah Ri también lo hiciera. Lo último que hizo Khiara antes de irse fue mirarme de una manera que me hizo sentir extraño. Ella nunca tenía esa mirada conmigo. Eso dolía bastante. 

Decidí pedirle a Kim que se marchara, no quería tener más problemas con Khiara, no después de lo que ocasionamos. Estuve esperando todo el tiempo, en el mismo lugar. Observe como salían varios chicos y chicas, pero aún no observaba a mi pequeña, aun así estuve más tiempo pero ya no era normal. Pensé que se debió quedar adentro… ella no se iría a ningún lado sabiendo que la esperaría. 

Media, una.. dos horas esperando y aún no había nada. Como buen detective entre a la universidad burlando a los guardias de seguridad, pero no estaba ahí. Comencé a marcar a su celular pero cada una de esas llamadas aseguraba estar ocupado o fuera de servicio. Llame a Kim Ah Ri y algunos otros compañeros. Quería saber de la actividad criminal que había. También debía saber si Bang Yong Guk estaba cerca. Nada aparecía.

¿Entonces dónde está Khiara?... De tantas llamadas mi celular se quedó sin batería y fui directo a mi casa, si Khiara estaba en peligro me enteraría pronto y entonces podría hacer algo. Estuve un rato ahí pero no había nada. Espere un poco más, lo principal que debía hacer era no desesperarme. A los mayores les invente muchas cosas ya que no quería que se preocuparan. 

Estaba quedándome dormido cuando una llamada me interrumpió, era Kim Ah Ri, al parecer habían dado con algunas pistas de donde se encontraba otro grupo de maleantes que buscábamos y me necesitaban. Tome mis cosas y salí. Cuando llegue al lugar había mucha sangre… inmediatamente pensé en mi pequeña, si algo le pasara a Khiara realmente no podría con ello –eso es lo que pensaba cuando llego un mensaje de un número desconocido “Soy Khiara, lo siento Young Jae tuve algunos problemas y me quedaré en un hotel… espero no preocuparlos, todo está bien.” Recibí ese mensaje pero no estaba convencido de que todo estuviese bien, en primera por qué se había ido(?… Estaba por llamarle cuando me llamaron, al parecer habían encontrado cuerpos totalmente mutilados. Pedí a Kim que se encargara de Bang, no quería que le pasara algo a Khiara.

En toda la noche solo pude dormir muy poco y aun así solo pudimos detener a uno de ellos, pero no hablaba. Me quede totalmente dormido hasta que llego Kim con un café en las manos. Estaba tan adormilado que ni siquiera me acordaba de dónde o por qué estaba ahí, pero cuando me recuperé busque inmediatamente el mensaje de la noche pasada y marque. Estuvo sonando varias veces el celular por lo que me estaba desesperando, al final escuche la voz de Khiara del otro lado del teléfono, eso me hacía sentir un poco más tranquilo pero no por ello deje de hacerle varias preguntas. Después de todo se debió ir por lo molesta que estaba conmigo.

Su historia me parecía muy extraña pues me dijo que perdió su celular y que quiso dar una vuelta por el lugar pero en tal acto se perdió… solo atino a buscar hotel para quedarse y comprar un celular para poder avisar que se encontraba bien. Su historia, mi trabajo… nada me dejaba convencido pero era Khiara y por encima de muchas cosas estaba mi confianza en ella así que no seguí preguntando más. Iría por ella a la universidad pero desafortunadamente me llamaron a medio camino de llegar a ella. Necesitaban de mi presencia, la persona que habían capturado pedía verme, tal vez porque yo le había capturado, todos esperaban que yo pudiese obtener información así que regrese y de igual manera llame a Kim Ah Ri para que se encargara de llevar a Khiara. Le informe sobre la fiesta, la historia a los mayores y un par de cosas más para que no hubiese ningún problema. Sobre todo le dije que le esperaría afuera de la casa o que ella lo hiciera, lo importante era que Khiara y yo llegáramos juntos

Creí que nada había valido la pena, ese tipo no hablaba y solo se estaba burlando de mí. Me desespere por lo que me fui y nadie lo evito. Estaba esperando afuera de la casa cuando llego Kim con mi pequeña Khiara. Ella bajo y nos quedamos hablando sobre trabajo. Charlamos un rato y seguido de ello le hablamos a Khiara a quien la pusimos de mi copiloto. Creí que todo iría bien, pero definitivamente Khiara debía estar molesta o algo parecido, ni siquiera dejo que le abriera la puerta.

Entramos y efectivamente ya estaba la fiesta pero pronto Kim Ah Ri fue con ella a su habitación a que se arreglara. Esperaba que ellas dos se hicieran cercanas, esa sería una forma de protegerla más y sobre todo tener una cómplice y saber más cosas de mi pequeña. La fiesta no lo fue mucho para mí, la verdad es que estaban buscando información sobre varios grupos criminales y me llamaban para ayudarles; desgraciadamente estaba aún tras Bang y ahora ese nuevo grupo de maleantes que me debía atrapar. Tuve que negarme a tres casos de ellos que parecían ser más difíciles. La fiesta fue de lo normal, uno que otro de sus compañeros de Khiara hacían bromas medio aniñadas. Definitivamente aún eran muy jóvenes. De pronto se me acerco Kim. Definitivamente ella de divertía de ver a todos esos jóvenes haciendo esas cosas.

--- Es genial esa edad. Como me hubiese gustado poder hacer ese tipo de cosas –Hablaba cabizbaja Kim 
--- ¿Hacer todas esas estupideces? –Eso era lo que me parecía así que lo dije con todas sus palabras
--- A eso se le llama divertirse… nosotros casi nunca lo hacemos. Mira a Khiara, parece estar divertida
--- Pues ella luce genial sin hacer esas cosas “divertidas”. 
--- Más bien se vería si te acercaras a ella. Young Jae, nosotros vivimos por y para nuestro trabajo… pocas personas son las que soportarían eso de una pareja. Khiara hace eso por ti. Deberías cuidarla. –Kim observaba detalladamente a Khiara, esperaba que lo que me decía no fuera por algo malo
--- Sabes que yo… -No me dejo terminar.
--- Le estas protegiendo de Bang pero no le proteges de ti mismo. Tus desprecios y la poca atención que le prestas debe ser doloroso para ella. Tú y yo sabemos que ella te ama pero en cualquier momento podría llegar alguien que le proteja de ti y de todo. Eres tan tonto que cuando llegue una persona a su vida ni siquiera te darás cuenta. –Cada una de las palabras de Kim eran como dagas a mi corazón. Khiara me amaba ella no podría amar a alguien más.
--- Ella me ama –Fue lo último que le dije. Me fui del lugar, no quería seguir escuchándola. Sentía que estaba más de parte de Khiara que del mío. 

A pesar de saber los sentimientos de Khiara… esas palabras seguían retumbando en mi cabeza así que cuando todos se habían ido me dispuse a hablar con ella. La seguí hasta su habitación y entre usando un poco de fuerza. Me acomode en uno de sus sillones. No sabía que decir. Tenía una pequeña necesidad de decirle que me perdonara por lo que le había fallado pero las palabras no salían. Estaba a punto de hablar pero fui interrumpido por una melodía que salía de uno de los cajones de Khiara. No fue lo que más me sorprendió. Ella me contesto de una manera extraña, diferente y seguido de ello me pidió salir de su habitación de una manera que jamás había hecho. ¿Khiara está diferente?

Fue a mi habitación y dormí hasta el otro día cuando fui a tomar el desayuno. Los temas de conversación me parecían sin sentido por lo que no prestaba mucha atención. Trataba de disimular.

Hoy me encargaría de Khiara así que llame a Kim para que tomara el día libre. Ese era el plan hasta que me llamaron, había pistas de Bang por lo que no tarde en salir de la casa. Khiara seguro que no lo haría, no después de la fiesta de ayer. Pase todo el día afuera… esta vez parecía que teníamos a Yong Guk muy cerca. Estaba realmente contento, tanto que no note la hora que era. El día se había pasado volando.

Llame a casa, quería que avisaran a mi padre que llegaría a dormir ahí… pero el ama de llaves me aviso sobre Khiara. Ella había salido y no había ningún rastro de ella. Trate de calmarte cuando la llamada termino pero un mensaje me desconcertó bastante. “Estoy cerca de ti y no eres tú quien va detrás de mí. Soy yo quien va detrás de ti, sigo cada uno de tus pasos… cada uno de los pasos de tu familia”. Ese era Bang.

Sentí como si mi corazón dejara de palpitar… había dejado sola a Khiara.

Llame a Kim para que llegará a casa y justo después recibi una llamada de los mayores. Al parecer el Tío Sebastián se sentía mal, tenía un mal presentimiento. Cosa que nos alarmo aún más. Estaba marcando a su nuevo número pero parecía estar ocupado. ¿Dónde estaba?... ¿Estaba bien?... 

Pronto llego Kim con dos policías de ayuda. Todos estábamos buscando la forma de dar con ella pero nada. Hasta llegamos a hablar al Sistema de Inteligencia de Corea para encontrar la ubicación de ese número… pero en ese preciso momento escuchamos como llegaba un automóvil. Fui el primero en salir. Era un auto negro, polarizado y muy lujoso de donde bajo nuevamente ese chico… DaeHyun. Una rabia desconocida por mí mismo me invadió y fui directo a golpearle. No confiaba en él.

Los golpes no tardaron en hacerse presentes. Cuando tuve la oportunidad de darle un mejor golpe ella se interpuso y al final el golpe que iba a ese tipo lo termino recibiendo Khiara. No del todo, Kim pudo evitarlo un poco, pero definitivamente aun con su ayuda, Khiara recibió una fuerte patada en las costillas. ¿Qué me pasa?

--- Tranquilízate Young Jae puedes causar mayor daño. Tú no eres así. –Fue lo que me dijo Kim pues ese chico y Khiara estaban en el piso, al parecer los policías soltaron a DaeHyun seguido de mi patada y cayeron. A ambos los había golpeado. Ambos tenían sangre… Kim tomo a Khiara y la introdujo a la casa mientras al chico le ayudo uno de los policías. ¿Qué me pasa? Yo no soy así...