viernes, 17 de enero de 2014

Seguridad





Narra Khiara:

Interponerme entre YoungJae y DaeHyun no había sido una de mis mejores elecciones. Pero mi cuerpo se movió prácticamente solo, no quería que lo lastimaran y en esa aberración mía, al final, la lastimada fui yo. Sentí un gran golpe en las costillas por lo que me aferre más a DaeHyun. El dolor físico era fuerte pero el emocional lo era más. Saber que la persona que me había dañado era YoungJae, me hacía sentir indescriptiblemente mal. Casi nunca habíamos discutido y nunca me había golpeado. ¿En qué momento cambiaron las cosas para ambos?

Me aferre aún más a DaeHyun sobre todo después de caer sobre de él. Me tomo por los hombros y luego me abrazo, no me había dado cuenta de en qué momento comencé a llorar, varias lagrimas se desplazaban por debajo de mis ojos y al final aterrizaban entre mis mejillas y su pecho, que ya estaba comenzando a humedecer su ropa. Así permanecimos unos momentos más hasta que DaeHyun trato de levantarse. Con algo de su propio esfuerzo y el de Kim Unnie pude ponerme en pie y entrar a la casa. Aun el dolor en mis costillas seguía presente... un poco más fuerte y seguramente estarían rotas. 

Al estar dentro. Yo con ayuda de Kim Ah Ri y DaeHyun con la ayuda de uno de los policías mi padre y el señor Yoo nos dirigieron a la recepción. Ninguno de los dos tenía buena finta y ambos tenían la mirada llena de incertidumbre, miedo y tal vez coraje. 

Me senté en uno de los extensos sillones y a Dae lo hicieron sentarse en el pequeño. Con vista a todos los presentes y viceversa. Irónico era que él podría considerarme la culpable de todo pero los demás le asechaban.

--- Desapareciste toda la tarde. ¿Dónde rayos te habías metido? –Al final habló mi padre, frío y segado por una irá desconocida por mí. Pocas veces me había gritado o hablado de esta forma.
--- Tranquilo Sebastián. Nena, Khiara, ¿Qué paso?... Desapareciste y no dabas señales de vida. –Me tranquilizaba tener al señor Yoo en ese lugar. Calmo a mi padre y se dirigió a mí de manera cariñosa.
--- ¿Qué hacías con él Khiara?... ¿Lo has estado viendo?. Te lo prohibí. –Kim Ah Ri trato de calmar a YoungJae. Estaba demasiado alterado y acciones y palabras ya lo habían demostrado. –Tiene una herida en la cabeza. Puedo ver tu sangre Khiara. Demonios di que fue lo que sucedió –su tono se elevaba cada vez más. Al final desquito su irá pateando uno de los sillones.
--- ¿Fuiste tú el causante de esa herida? –Cautelosamente hablo el Señor Yoo. 
--- Él no la causo. –Por fin pude hablar, con un hilito de voz.- Trate de comunicarme con alguno de ustedes pero nadie contesto –Comencé a llorar- Estaba en el parque y alguien lanzo varias piedras sobre mí. No se trataba de una broma, alguien quería dañarme… podía sentirlo. Esa sensación escalofriante, esa mirada fría y profunda. –Al escuchar aquello mi padre me abrazo. – Me sentía acorralada. La única persona que tenía en esos momentos fue DaeHyun.
--- ¿La única persona DaeHyun?... Así que le conoces bien. –YoungJae se posó enfrente de Dae y amenazaba con golpearle nuevamente. Lo note y lo más rápido que pude me dirigí hacia ellos. 
--- Me encontré con él en la universidad e intercambiamos números. Fue el día de entrega de resultados… pero claro, no puedes saberlo. Tú no estabas ahí –Dije casi en susurro para que los mayores no descubrieran nuestras mentiras. Me interpuse nuevamente protegiendo a Dae. Encarando a YoungJae y liberando un poco de mi frustración, de mi rabia por creerme poco importante para él.
--- Tranquilízate YoungJae. –Kim Ah Ri lo arrastro a otro lado. Yo por mi parte me situe a un lado de Dae que desde hace momentos no paraba de tocarse la cabeza y varios de los golpes que le había dado Jae. 
--- Estoy de acuerdo con tu compañera. Si no te tranquilizas me veré forzado a sacarte y no quiero hacerlo hijo. –Hablaba el señor Yoo.
--- Nadie se da cuenta. En primer lugar nada hubiese pasado si no saliera sola. Si hubiese aceptado la seguridad que le brindaba, lo hice porque la ciudad es cada vez más insegura. Además debió buscar más recursos para hablar con nosotros y no con este –No entendía el por qué tanto odio. Me estaba molestando mucho su actitud.
--- No la acepte y aun así pusiste a alguien como mi sombra, de noche y de día. No te entiendo YoungJae. –Tome un poco de aire- Él se llama DaeHyun y sabes… me salvo de ese o esos tipos. Si tienen que poner un castigo o un regaño soy la única persona que debe acaparar con ello. DaeHyun no tiene por qué hacerlo. Él ni siquiera debió salir herido… ¿No es tu trabajo ser detective? -Tome otro respiro después de dirigirme a YoungJae para no gritar de esa rabia que ni yo misma me explicaba- Debiste investigar lo que estaba pasando antes de actuar. No te reconozco del todo YoungJae. 

Mi acusado apenas iba a hablar cuando entro una de las amas de llaves corriendo, con varios hombres detrás de ella. Todos vestían de trajes negros y la mayoría tenia finta de matones. El ama de llaves, se disculpó diciendo que no quisieron esperar fuera y que no pudo detenerlos. Todos esos hombres estaban ya dentro y uno de ellos, examinando el lugar como buscando respuestas al final situó su mirada en DaeHyun quien había permanecido siempre en aquel sofá. Tal vez no sabía cómo reaccionar sobre lo que estaba pasando, pero cuando vio a ese hombre inmediatamente se paró, dio una reverencia para después ponerse casi recto. Su mirada estaba encajada en el piso, como si fuese la cosa más grandiosa que había visto y no pudiese apartar su vista de él. 

--- Así que aquí estás. Seguí los trastos de mi carro y me preguntaba cómo es que estaba en la casa de mi amigo Yoo. –No conocía a ese hombre pero estaba relacionado con la familia y DaeHyun.
--- Lo siento jefe. Me encontraba en una situación de peligro, tuve que tomar su carro. –Dio otra reverencia. Ahora entendía un poco de lo que hablaban.
--- ¿Algún problema con el chico Han? –Habló finalmente el señor Yoo. 
--- Claro que lo hay. Este chico es mi guardaespaldas y salió como alma que lleva el diablo con uno de mis autos. No me gusta arreglar este tipo de problemas personalmente, pero tengo chips de rastreo en todos mis autos. Ya sabes, seguridad propia. Entonces vi que se encontraba aquí. Cosa extraña ¿no crees? –La voz del hombre era tranquila pero se veía molesto. 
--- Lo siento. Hemos metido a tu chico en otro tipo de problemas –Mi padre trato de mantenerse en la conversación.
--- Me agradas mucho chico –mencionaba mientras se acercaba más y más a DaeHyun.- Pero te contraté por velar mi seguridad. Tomaste uno de mis autos por razones aún desconocidas así que debes tomar responsabilidad de ello. Entrega las llaves y todo aquello que te hayan dado los de seguridad a uno de mis hombres. Estás despedido. –DaeHyun seguía con la cabeza baja, saco unas cuantas cosas de sus bolsos y se lo dio a uno de esos gorilas. El señor Han regreso y solo pidió disculpas por arreglar ese asunto en cada ajena. El señor Yoo no sabía cómo reaccionar, yo misma no lo sabía. Habían despedido a DaeHyun por mi culpa y eso empeoraba mi situación con él. 

Mi padre fue quien acompaño a ese hombre fuera de la casa mientras el señor Yoo y YoungJae se dirigían al estudio. El ambiente se había puesto más tenso. 

Con la mayor cautela posible trate de acercarme a DaeHyun después de pedir al ama de llaves el botiquín de primeros auxilios y unos hielos para curarlo. Estaba tratando de hacer lo mejor pero siempre terminaba lastimándolo más. 

--- Perdón. Si no te hubiese llamado tú no estarías en esta situación. Sin trabajo y golpeado –Hablé por lo bajito pero haciendo una reverencia en forma de disculpa.
--- Las cosas pasan por algo. Además para mi es más fácil de esta forma, el me despidió así que me evito renunciar. Queda muy poco para entrar a la universidad, ya no podré trabajar en algo como guardaespaldas –Contesto DaeHyun queriendo regalarme una sonrisa pero antes de poder hacerlo se quejó por una herida en su labio. 

Estaba limpiando la herida de sus labios cuando me quede observándolos. Algo en ellos me hacía no quitarles la vista de encima, además recordé que su sonrisa era hermosa. Acerqué mi mano junto con una toallita para limpiarle la herida, la cual traté de limpiar bien, pero él se quejó aún más. Esa abierta debía ser dolorosa, su tamaño era pequeño pero si era algo profunda. 

Hubiese deseado no salir de la casa ese día, si no lo hubiese hecho nada estaría pasando. Aquella tarea era tan difícil para mí, trataba de hacer lo mejor cuando de pronto llegó YoungJae. Fue directo a mí, me tomo del brazo y me llevo casi arrastras. Lo único que alcance a escuchar fue decirle a Kim unnie “Cuídalo”. Mientras DaeHyun se paró como queriendo detenerlo y soltarme pero inmediatamente Kim Ah Ri se interpuso. 

Trate de zafarme, pero cada uno de mis intentos eran en vano. Finalmente llegamos al estudio del Señor Yoo donde se encontraba él y mi papá… fue hasta ese momento que YoungJae me soltó.

--- Aquí está –Dijo con voz fría. Parecía muy enojado.
--- ¿Qué es lo que pasa? –Apenas y pude hablar. Todos me miraban de una manera extraña.
--- Estábamos discutiendo sobre lo que paso hoy. Dijiste que alguien trato de hacerte daño… este país ya no es muy seguro. –Mi padre fue directo hacia mí, dando un paso con entre cada una de sus palabras.


<<<Flashback>>>
Una vez que el padre de Khiara despidió al señor Han se dirigió junto con YoungJae y el Señor Yoo al estudio.
--- Debemos buscar seguridad a Khiara. La ciudad no es tan segura como ustedes lo creen –Hablaba YoungJae una vez que el Señor Sebastián entro. 
--- Pero no logro explicarme como sucedió esto. Lo que ella dijo, que alguien la seguía, ¿Quién rayos pudo hacerlo? –La preocupación del señor Yoo se notaba por el tono y las palabras que empleaba. Ninguno de los presentes creía lo que le había pasado a Khiara y sobre todo lo que ocasiono con el joven que estaba en la sala, DaeHyun.
--- Tal vez alguien la quiere utilizar se señuelo o pedir dinero por ella. –Contesto YoungJae, tratando de no echarse de cabeza el mismo.
--- ¿Pedir dinero?... imposible. Yo no tengo dinero –Habló el señor Sebastián, mientras caminaba de un lado a otro, como queriendo encontrar la respuesta.
--- Usted no, pero mi padre sí. Él la quiere como a una hija, sería fácil que él accediera a pagar dinero por tener a salvo a Khiara. –Los mayores se quedaron observando. Debían confiar en YoungJae él era detective y debía saber más al respecto.
--- Entonces contrataremos seguridad para ella. Ese chico de allá afuera fue despedido por su culpa y debe confiar en él como para haberle llamado –Al escuchar aquello de la boca de su propio padre, YoungJae se paró de inmediato. Pensó que su padre estaba loco como para decir aquello. Definitivamente Khiara no estaría al cuidado de alguien como él.
--- Puedo encontrar a alguien- Contesto, tratando de evitar que DaeHyun fuese quien cuidará de Khiara. Algo no le gustaba y no quería que él se acercará a ella.
--- Le contrataré seguridad, pero no será nadie que ella no quiera. Si no te opones Sebastián… hablemos con ese chico y con Khiara –El señor Yoo recibió un asentimiento del padre de Khiara, aunque su hijo estuviese aún en contra. 
--- Iré por Khiara- Habló el señor Sebastián, pero inmediatamente YoungJae se ofreció y fue por ella.


<<<Fin Flashback>>>


--- Ya he dicho que lo siento –Conteste. 
--- Lo que paso hoy. No creemos que haya sido coincidencia, alguien debió intentar algo en tu contra. Tendrás un guardaespaldas como mínimo y no funcionará que te opongas –Mi padre hablo tan firme que apenas y podía creer lo que habían hablado sin mí.
--- Esoo… no puede ser. –Fuera libertad, pensé.
--- No es algo a discusión Khiara. No estoy a favor del candidato pero es por tu bien. –Por primera vez en la noche escuche hablarme de manera tan delicada a YoungJae.
--- Quiero a Kim Unnie. Si no es ella no aceptaré a nadie más –No estaba en el momento ni situación de ponerme en este plan pero el pensar que estaría un “candidato” no me agrado. Ser cuidada por un hombre no sería algo cómodo.
--- No estás para ponerte así hija. Vas a aceptar a quien nosotros decidimos y punto. No sé por qué te pones así… estaremos pagando lo que ha hecho por ti y los problemas que le causaste a ese chico. -¿Quéee? DaeHyun. Mi padre se refería a DaeHyun como mi guardaespaldas. No lo podía creer. Aunque me desagradaba la idea de ser cuidada por alguien y sobre todo un hombre, pensar que ese hombre sería él no me hacía sentir tan mal. Él me caía muy bien y después de todo lo que ya había hecho por mí y los problemas que le cause me hacía sentir algo extraño. Pareciera que ese sentimiento extraño era felicidad. 

Sin que nadie más dijera nada y yo no terminará de salir de mi shock llegamos a donde se encontraba él con Kim Ah Ri, pero cuando llegamos me sorprendió lo que vi. DaeHyun estaba demasiado cerca de Kim unnie, tanto que pareciera que lo próximo sería un beso con solo acortar un poco la distancia. 

Kim noto nuestra presencia y siguió “curando las heridas de Dae”. Los demás debieron creer ese cuento, pero era mujer, podía ver cosas, detalles que los demás no vieron. De alguna manera extraña me sentí enojada, sentida y dolida con Kim Ah Ri y con DaeHyun aunque no tenía la respuesta al por qué. 

--- Buenas noches muchacho –Hablo el Señor Yoo.- 
--- Buenas noches –Les contesto DaeHyun quien se levantó del sofá e hizo una reverencia-
--- Te tenemos una oferta de trabajo. Después de lo que sucedió hoy y los problemas que te causo Khiara y nuestra familia. –Mi padre no encontraba las palabras correctas. Es por eso que comenzó a rascarse un poco la barbilla y volteo a otro lado. Era una de sus mañas.
--- Lo que los mayores quiere es ofrecerte trabajo. Ser guardaespaldas de Khiara –Saliendo de la parte más alejada de nosotros hablo Jae y al mismo tiempo se posó enfrente de DaeHyun. Nuevamente esas miradas retadoras se hicieron presentes dejándonos anonadados a los demás. Sus miradas se cruzaron y así se quedaron bastante tiempo. Hasta que por fin DaeHyun Habló.

“¿Cuándo comienzo?” –Con una sonrisa de lado en el rostro se quitó de donde estaba YoungJae y fue directo a donde me encontraba yo con los mayores. Mirándome directamente a los ojos por lo que parecía ser una eternidad. Esa mirada, a pesar del golpe que tenía cerca del ojo, tenía un brillo que me hacía temblar un poco. 

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