lunes, 18 de noviembre de 2013

Capítulo 1



Lentamente me removí en la cama. Un fuerte y persistente ruido me despertó. Aun adormilada busque mi celular. Lo encontré debajo de mi almohada. Me prometí que sería la última vez que ponía un ringtone tan molesto. Me senté en la cama y bostecé. Me estiré y hasta ese momento me di cuenta que él no estaba a mi lado. Volteé a ver por el ventanal, ya debían ser las siete de la mañana. Era raro que se fuera tan temprano al trabajo, además era mi día libre y pensé que se quedaría un rato más conmigo. Abrí el mensaje que estaba esperando ser leído en la pantalla principal de mi celular.

“¡Feliz cumpleaños! Aviento confeti por todos lados :3 Espero te la pases de lo mejor, no te puedo dar tu abrazo ahora mismo, pero te lo daré cuando te vea, que espero sea pronto. No creas que podrás olvidarte de mí tan fácil :D Recuerda pasártelo genial. Iré a verte mañana mismo hacia que más vale y estés en tu casa. Llevaré vino y pastel de chocolate :9 Invite a unas cuantas personas, estaremos ahí como a las ocho. Besos :* ”

¿Cumpleaños? Vi la fecha en mi celular “22 de Agosto” Valla realmente era mi cumpleaños. ¿Cómo podía ser  tan despistada?

---Tchh, ni siquiera por ser mi cumpleaños pudiste quedarte conmigo. – Dije hablándole al lugar vacío en la cama,  junto a mí. Seguramente él tampoco lo recordaba.

El mensaje era de Moon Ji Sun, mi mejor amiga. Ella prefería que la llamáramos Sol, por su nombre Sun. La conocía desde hacía 13 años y en cada cumpleaños era la primera en mandarme un mensaje de felicitación, desde hacía ocho años. Todos los años, sin excepción, a pesar de los problemas que tuvimos en el pasado.


--_--10 Años atrás--_--

---Hija, apúrate o llegaras tarde. – Gritó mi madre desde el primer piso. Acabábamos de entrar a la universidad y esta era la segunda semana de clases. Tomé mi bolso y baje casi corriendo las escaleras. Nuevamente se me había hecho tarde, estaba segura que ya no alcanzaría a llegar a la primera clase.
---Adiós. – Grité al pasar frente a la cocina en donde mi padre, mi madre y mi hermano mayor se encontraban desayunando.
---¿Nos vas a desayunar? – Gritó mi madre cuando ya había cerrado la puerta de la casa. Corrí por la calle para intentar alcanzar el autobús que me llevaría a la escuela. En la calle ya no había mucha gente, supuse que ya todos se habrían ido a sus escuelas o a sus trabajos. Odiaba ser tan impuntual pero era algo que no podía evitar, simplemente sucedía de esa manera. Seguí corriendo, ya me faltaba muy poco para llegar a la parada del autobús, entonces se interpuso en mi camino.
---¡Ahhhh! – Grité cuando dio un salto hacia el frente haciendo que me detuviera enseguida  y provocándome un mini-infarto. - ¡Tonto, me espantaste! – Dije al mismo tiempo en que le daba un ligero golpe en el pecho. Él solo comenzó a reír animadamente.

Yong Hwa, mi mejor amigo desde que tenía memoria. Nos conocimos cuando él se mudó a mi vecindario. Teníamos 5 años. En ese entonces él era un niño muy tímido. Cuando llegó aquí no hablaba con nadie. Todos los niños lo tachaban de raro y en la escuela tenía problemas para relacionarse con los demás. Vivía cerca de mi casa, así que su madre le pidió a la mía que me llevara a jugar con él para que se sintiera más cómodo. Sus padres temían que él se convirtiera en alguien antisocial de por vida. MI madre le hizo caso, recuerdo que me llevaba a jugar con el todos los días. Poco a poco nos fuimos haciendo grandes amigos. Más que eso, para mí él era como un segundo hermano, me daba consejos, me protegía y me hacia reír también.

--- ¿Habrá algún día en que llegues puntual a algún lado? – Dijo sonriéndome.
---¿Qué me dices de ti? También vas retrasado. – Dije comenzando a caminar nuevamente.
---No, hoy entró tarde. – Dijo caminando conmigo.
---Entonces ¿Por qué estás aquí tan temprano? – El levantó una ceja y sonrió de lado. - Ok, temprano para ti.
--- Quería verte antes de la escuela, no pensé que estarías tan atrasada.
---Deja de regañarme, pareces mi papá. Como sea ¿Para qué querías verme? – Él se detuvo por completo.
---No puede ser, lo volviste a olvidar. – Lo volteé a ver confusa pues no sabía de qué era de lo que estaba hablando. – Tu cumpleaños tonta. – Dijo revolviendo mi cabello.
---¿Qué? En verdad ¿Es hoy? – Últimamente ni siquiera sabía bien en qué fecha vivía. Mi mente había estado totalmente ocupada. Aunque a decir verdad, no era nada extraño que olvidara mi cumpleaños.
---Ten. – Dijo Yong Hwa extendiendo una pequeña cajita forrada con un moño.
---Oh, muchas gracias. – Dije mientras tomaba la cajita.
---Felicidades. – Dijo èl abrazándome. – Oh, ¿No es ese tu autobús?
---¿Que? – Volteé a ver justo en el momento en que el autobús estaba arrancando. Suspiré.
---Pudiste haber corrido. – Me regaño Yong Hwa. Lo que decía era verdad, estábamos a unos cuantos metros de la parada y el chofer me hubiera esperado si hubiera corrido.
---Una palabra para ti, resignación.  De todas formas el profesor ya no me iba a dejar entrar así que qué más da.
---Nunca cambiaras. – Dijo acusándome con la mirada.
---Podemos aprovechar esta oportunidad para que me cuentes como te ha ido. Siento que han sido miles de años sin verte. – Desde que salimos de la preparatoria no lo había visto. Eso hacía ya un mes. Él quería convertirse en un cantante famoso, por lo que se metió a una escuela de música. Yo por mi parte, estaba estudiando periodismo en la Universidad. – Así que ¿Cómo te va en tu nueva escuela? – Dije tomándolo del brazo.
---Estoy en camino a cumplir mi sueño, ¿Cómo crees que me siento? – Dijo él con una enorme sonrisa en su rostro.
---Me alegro mucho por ti, en verdad. – Caminamos hasta le escuela y también platicamos, como hacía mucho tiempo que no lo hacíamos. Llegamos a mi escuela y él se fue a la suya, prometió llamarme para salir ese día con motivo de mi cumpleaños.

---Otra vez te dejo el camino ¿Cierto? – Dijo Sol con tono recriminatorio cuando me vio entrar en el salón.
---No…solo paso demasiado temprano, no es mi culpa. – Conteste levantando los hombros.
---¿Qué voy a hacer contigo eh? – Dijo moviendo la cabeza de un lado a otro.
---Tú y Yong Hwa siempre me dicen lo mismo.
---Es porque tenemos razón. ¿Cuándo Lo viste? – Preguntó ella. Yong Hwa y Sol no se llevaban precisamente bien, pero coincidían para regañarme.
---Hoy, me espero para darme esto. – Dije mientras le mostraba la pequeña cajita forrada.
---Tchh, siempre me gana. – Sacó una bolsa de regalo y me abrazó. – Feliz cumpleaños.
---Gracias Sol. – El resto del día pasó normal. Pero ese día salía temprano, lo único que quería era llegar pronto a mi casa y dormir un buen rato. Amaba dormir, y por la noche tendría una fiesta que me organizaron mis amigos. Estaba a punto de irme cuando mi hermano fue a verme al salón.

---No. – Dije en cuanto lo vi llegar.
---¿Qué? Pero si aún no digo nada. – Dijo bajando la cabeza.
---Pero vienes a pedirme algo ¿No? Te conozco bien.
---Sólo esta vez, por favor. – Dijo juntando sus manos. A veces parecía que yo era la mayor y él era un niño pequeño.
---¿Qué quieres? – Dije con un suspiro.
---Eres un amor. – Dijo al mismo tiempo en que me abrazaba efusivamente.
---¡Basta! – Dije zafándome – Y dime que es antes de que me arrepienta.
---¿Puedes llevarte mi maqueta? Hoy quedare a estudiar en la biblioteca hasta tarde. No quiero ir cargándola pues tengo que pedir prestados algunos libros. Por favor,  es el último favor que te pido. – Mi hermano estaba estudiando medicina y le habían pedido hacer un modelo del sistema digestivo.
---Está bien. ¿Dónde está tu maqueta ?
---Ahorita te la traigo. Gracias, en verdad, gracias. – Entonces dio la vuelta para irse, pero lo detuve.
---Hey, tú debes hacerme un favor también. Digo para que estemos a mano ¿No lo crees justo?
--- ¿Un favor? – Pregunto confuso.
---Por favor, ¿Podrías tener una cita con Young Bin? – En cuanto mencione aquel nombre, el se puso tenso. Young Bin era una compañera que estaba perdidamente enamorada de mi hermano. Me enteré una vez que ella dejo su libreta en el salón y unos chicos de mi salón la tiraron mientras jugaban. Al caer, la libreta se abrió y todos pudimos ver los miles de poemas y todos los dibujos que había hecho de mi hermano. Era algo raro, pero ella me caía bien. Después de ese incidente todos los chicos de mi salón le hacían burla. Intente una vez que mi hermano y ella hablaran pero fue un desastre pues ella era muy tímida. Pero yo no me di por vencida, ella era tímida pero era una gran chica, la ayudaría para llegar al corazón de mi tonto hermano. – Por favor. Hazlo por mi ¿Si? ¿Sí?
---No lo sé, lo pensare.
---Gracias en verdad.
---Aún no he dicho que sí.
---Pero dijiste que lo pensarías. Eso es suficiente por ahora. Tráeme la maqueta rápido que ya me quiero ir. – Dije sonriéndole.
---Está bien, ya te la traigo. Ten cuidado con ella, me costó mucho hacerla. – Después de decir eso salió. Regreso al poco tiempo con la maqueta. Vaya que era pesada. La cargue con cuidado para que no le pasara nada.. Como pude cargue mi bolso, los regalos de Yong Hwa y Sol y a parte la maqueta de mi hermano. Estaba cruzando el patio de la escuela cuando mi celular comenzó a sonar. Cargue la maqueta con una sola mano y con la otra, luche con mi bolso para poder tener acceso a aquel aparato plateado que no dejaba de sonar.

Entonces sentí un golpe muy fuerte que me hizo caer de espaldas y soltar la maqueta de mi hermano.
---Auch. – Me queje aun en el suelo. Intente ver que era lo que había provocado ese golpe. Un chico estaba tirado frente a mí. Se sobó su pierna.  
---Lo siento mucho. ¿Te lastimaste? – Preguntó mientras se levantaba del piso y me ayudaba a mí a hacerlo. Se veía apenado, aunque debo reconocer que en ese momento lo único que pensé es ¿Cómo un chico puede ser tan guapo? Me quede algunos segundos admirando su belleza excepcional. Esa disculpa fue la primera vez que él me habló.

--_--EPOCA ACTUAL--_--

Después de leer el mensaje de Sol, verifique que no tuviera ninguna llamada perdida de él. Era temprano, pero él no estaba en la casa. Lo llamaba pero no contestaba. Seguramente lo tendría descargado. Eso le sucedía con más frecuencia de la que quisiera. Salí al balcón a respirar aire fresco. Amaba sentir ese frio matutino. La brisa de una fresca mañana. De pronto un par de manos rodearon mi cintura. Descansó su cabeza en mi hombro. Me dio un beso en la mejilla y dijo:

---Feliz cumpleaños mi amor.




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