sábado, 25 de enero de 2014

Tiempo



// ‘Miedo’
Aquel sentimiento que perturba tu mente… tu ánimo.
Que provoca desconfianza con lo que está a tu alrededor.
Aquella sensación de angustia por la presencia del peligro.
…¿Real o imaginario?…
De cualquier modo es el recelo a que ocurra algo indeseado.



Narra Khiara 'Madrugada del accidente de Kim Ah Ri'

Tenía días de no sentirme bien. Ni siquiera podía dormir.
Eran las 3:15 am y aún no conciliaba sueño. Tenía extrañas sensaciones. Tenía miedo. Estaba impaciente.

Creí que un poco de agua me ayudaría por lo que me levanté de la cama. Solo las luces del recibidor y de las escaleras estaban encendidas. Todo lo demás era obscuro y silencioso. Baje solo con mi celular en las manos.


Llegue a la cocina, encendí las luces y me dirigí a la nevera. Necesitaba agua fría, la cual en cantidad adecuada y a un ritmo calmado, tomé. Puse el vaso en el fregadero y de manera natural apague las luces y salí de la cocina deseando que en el momento que me recostara pudiera dormir.


Apenas iba a subir las escaleras cuando escuché pasos. Alguien iba subiendo. En un principio pensé en hablar pero algo me lo impidió. Tenía mucho miedo.


Mis pies descalzos me ayudaron para seguir aquellos pasos de manera sigilosa. Aquella silueta desconocida fue directo a mi habitación. La abrió y entró.


Sabía que aquello no era nada bueno así que baje rápidamente las escaleras y entre a uno de los cuartos de servicio. Definitivamente no entraría en mi habitación y mucho menos permitiría que me viera.


Era extraño, a pesar de estar en mi propia casa, me sentía insegura. Marqué a YoungJae y KimAhRi pero ninguno contestó. También intenté hablar con mi padre y el Señor Yoo pero fue inútil. No tenía el número del hotel donde se estaban hospedando y marcar a sus teléfonos celulares era algo en vano. No podían recibir mis llamadas.


Lo peor del caso era que aquel hombre no era bueno, lo intuía. Mi piel aspiraba un aura malvada y no podía hacer mucho. Me encontraba sola en esa inmensa casa.


Me sentía acorralada así que marque a DaeHyun pero tampoco atendió a mi llamada. Solo me quedo esperar tranquilamente, en lo que cabía, dentro de aquel pequeño cuarto. No tardó mucho tiempo cuando escuché las mismas pisadas, ahora bajando las escaleras. Asome la cabeza y observe a un hombre más. Estaba frente a la puerta de la casa, como si buscara algo.


--- ¿Qué haces aquí? –Le escuché decir. Sus pisadas fueron directo a las escaleras así que nuevamente, abrí un poco la puerta para tener visión sobre lo que sucedía afuera–No tenemos permitido entrar –El hombre que había llegado trato de llevarse al otro que había subido a mi habitación, pero éste se soltó.

--- Tenía un poco de sed –Sabía que mentía pero no podía salir para desenmascararlo. –Creí que no habría problema.
--- Pues si lo hay. Si quieres tomar algo, será afuera. –Dicho aquello el hombre le invitó a salir de la casa. Antes de que lo hicieran, su celular comenzó a sonar. El otro hombre se molestó un poco, pero agradecí aquello. Aquella llamada le hizo salir finalmente de la casa.

Cuando ya no les vi corrí hasta mi habitación y puse el seguro. Me envolví en las cobijas e intente dormir. Cosa imposible. Tome mi celular y marque muchas veces más a YoungJae, Kim Ah Ri y DaeHyun. Me sentí desprotegida ya que ninguno contestaba.


Aquel hombre, seguramente, me quería a mí. Lo extraño era que cada uno de sus guardaespaldas fueron muy bien escogidos por el mismo YoungJae. Esto no estaba bien y no podía hacer mucho, si daba incisos de saber algo, seguramente había más de uno y atacarían. Quizás negarían todo y quedaría como una tonta o loca. Quizás era mejor que llegará alguno de mis ángeles guardianes. Ellos sabrían que hacer.


Las horas pasaron y los rayos de sol comenzaban a entrar por mi ventanal cuando mi celular sonó. Era YoungJae por lo que conteste rápidamente. Quería decirle lo que había visto. Quería decírselo a él, que investigara y no hiciera ningún alborote antes de tiempo. No me perdonaría que la policía se involucrara en algo que no era más que parte de mi imaginación o que la empresa del señor Yoo saliera afectada.


--- ¿Estás en casa? –Me preguntó inmediatamente.

--- Sí, Jae… -Trate de hablar pero me interrumpió.
--- Ya he hablado con el chofer. Él te traerá al hospital. Khiara… -Se quedó callado unos momentos – a Kim AhRi la han lastimado. No es nada grave pero supongo que querrás verla.

Quise contestar pero no pude. Recibir una noticia como esa no es nada fácil a pesar de que YoungJae me dijo que estaba bien. No podía estar tranquila. Me olvidé de lo demás y como me indico salí de inmediato al hospital.


Cuando ya me encontraba ahí le vi con el novio de Kim, Sukkie. Ambos estaban arreglando algunas cosas de trabajo por lo que me permití entrar. Ella se encontraba recostada y efectivamente, se encontraba bien.

Tomando en cuenta lo que sucedió en la madrugada y esa noticia. Por primera vez me sentí un poco mejor.


// ‘Soledad’

Un solo sentimiento que puede producir muchos más.

Pesar… nostalgia…
Un sentimiento que te puede hacer caer, callar y alejar.
Siendo el único remedio para salir de sus garras: la comprensión y la búsqueda de compañía de otras personas.
Sentirse protegido y amado en todo momento.



Narra Khiara -- Siguientes dos días del accidente.

Ninguno de los presentes teníamos el poder para retroceder la petición del padre de Kim. Sukkie se mostró muy preocupado pero solo era su novio y no tenía el poder para tomar una decisión como esa. Y qué decir de YoungJae y de mí.

Aunque me pareció muy cobarde de parte de ambos que no tuvieran las agallas de hablar con el señor Kim. Todo debido a que era uno de sus superiores. Sin otra opción y viendo que no tendría el apoyo de ninguno de los dos, traté de hablar con el padre de Kim.


Era una persona muy prepotente. Alguien a quien le gusta hacer y deshacer a su antojo. Alguien quien es capaz de usar su poder para conseguir lo que desea.


No le hice entrar en razón. Que entendiera o importante que era para mi unnie descansar y recibir los cuidados necesarios en el hospital. Solo pensaba en el escándalo que se haría con todos sus subordinados y peor aún, con sus superiores.


Sin otra alternativa fui con el doctor para que me diera los medicamentos e indicaciones necesarias para que le cuidara.

Llegue la habitación de Kim unnie. Afuera se encontraba Choi, el joven y nuevo chofer de la casa.

--- Buenos días… creí que solo estabas a disposición del Señor Yoo –Contesté con el fin de saber la razón, casi obvia, de que estuviese allí.

--- Lo estaba, hasta que recibí una orden directa del joven YoungJae, además con ellos de viaje no tengo trabajo en la casa.
--- ¿Se encuentra en la habitación? –Deseaba que así fuera. La verdad es que los últimos días me sentía demasiado sola. La ausencia de los mayores me estaba afectando a sobremanera.
--- Él se ha ido con otro joven. Me ha pedido que le lleve a donde usted guste ya que tenía asuntos importantes que atender. –Sin contestarle entre en la habitación. No era posible que me hubiese dejado sola.

Dentro de la habitación, Kim ya se había levantado de su camilla. Una de las enfermeras le ayudaba por lo que no había problema. Salimos y Choi nos ayudó a llevar a KimAh Ri hasta su departamento donde finalmente le despedí. Literalmente no necesitaría de sus servicios.


--- Deberías ir a tu casa –Me dijo Kim unnie mientras tomaba el control de su televisor. –Puedo arreglármelas sola.

--- No te creas una superhéroe, fuerte e inmune. Aun necesitas cuidados –Y hablaba muy enserio. Sus heridas no eran graves, afortunadamente, pero su herida necesitaba tiempo y sobre todo cuidados para sanar.
--- No es grave –Prosiguió. Sin hacer caso fui a su nevera. No había que comer así que salí a la tienda.

El lugar era muy cercano así que no demoré mucho en hacer una cena saludable. Le preparé un baño. Limpie y vende sus heridas para después darle sus medicamentos.


El día paso demasiado rápido. Durante la noche la estuve cuidando aún más pues me hablaron de posibles cambios de temperatura. Le di un último medicamento para el dolor, el cual le provoco demasiado sueño.

Y siguiendo sus mismos pasos, tome algunas cobijas y una almohada para convertir uno de sus asientos en mi cama temporal.

Cerré los ojos y por primera vez en los últimos días, pude dormir.

No supe nada hasta el siguiente día cuando YoungJae se encontraba enfrente de mí. Me regaño un poco por haber estado dormida tanto tiempo, aun cuando mi razón de estar en ese lugar, era cuidar a mi unnie.

No creí que tuviese el descaro de estarme diciendo todo aquello. Traté de calmarme un poco y de no decir nada de lo que me arrepintiera.


Ni siquiera le quise decir lo que había visto noche la madrugada anterior. Él y sukkie solo habían pasado a hacer algunas preguntas a Kim, tiempo que aproveche para salir a tomar un poco de aire.


Ese mismo día Kim Ah Ri se mostró como fuera de este mundo. No supe la razón y a decir verdad no quise preguntarle. A pesar de estar cuidando me sentía muy mal, sola.


Anhelaba que llegaran los mayores de sus viajes de negocios. Si ellos no estaban, me sentía muy sola. Sentía que no le preocupaba a nadie… Mis llamadas a YoungJae nunca eran contestadas y eso me frustraba aún más.


¿Cómo poder decirle lo que vi cuando no siento la misma confianza con él?... y Kim, Ella se veía
eor que yo. Ni siquiera sé la razón, ni siquiera sé cómo ayudarla. Y los mayores… les extrañaba. Quería que regresaran.

Las únicas personas con las que creía contar pareciera que no se encontraban disponibles para mí, por una y otra razón. 
 
 
 
// ‘COMPAÑIA’

Compartir nuestras inquietudes.

Compartir nuestros sentimientos.
Compartir nuestro corazón
Pero sobre todo que otra persona nos acepte.
Que haga de nuestro sentir, parte de él.


Porque cuando se tiene una buena compañía, hasta en los peores momentos podrás sentirte bien.

Narra KhiaraDía dos. 8:15 pm

Tomé mi teléfono celular y hablé a la casa. La persona en atenderme fue el ama de llaves quien inmediatamente daría instrucciones precisas para que fueran por mí.
Salí del departamento de Kim, tuve que esperar unos minutos ya que Choi aún no llegaba. Me senté en una pequeña banca disfrutando del frio viento chocar contra de mí. Como si traspasara mis ropas y mi cuerpo hasta llegar a los huesos.
Me agradaba aquella sensación. Me hacía concentrarme totalmente en las reacciones que provoca aquello en mi cuerpo. Dejar de pensar en todo lo que existía alrededor. Simplemente disfrutar… dejarme acariciar por el viento… pensar que mi madre se encontraba a un lado mío protegiéndome. Recordar el último día que me tuvo en sus brazos y lo reconfortante que era.
--- Deberías abrigarte –Escuché a una voz detrás de mí, haciéndome girar lo suficiente para observar su silueta. –El clima comienza a ser frío. Deberías estar en un lugar cálido.
--- ¿Debería? –Contesté mientras se sentaba aun lado de mí- Es muy reconfortante.
--- Eres extraña, ¿sabes?... A la mayoría de las personas les agrada estar en una prenda cálida o ser reconfortadas por el calor de su hogar. –Reí por tal comentario. Tal vez tenía razón y era extraña.
--- Me gusta el frio. –Contesté- Sentir el viento chocar en contra de mí. ¿Eso es ser extraña? –Está vez me giré directo a él. Verle me reconfortaba en cierto modo.
--- No -Dijo directamente –Lo extraño es la seguridad con la que dices que te gusta el frío… aun cuando tu nariz está tan roja como un tomate y estés temblando tal cual una persona con problemas extrapiramidales.
--- Aun más extraño que hayas dicho algo que no entendí. ¿Acaso eres médico? –Contesté defendiéndome entre risas pero a la vez reaccionando sobre lo que el frio comenzaba a provocar en mi cuerpo- Además… ¿Qué haces aquí?
--- Veo que no has hablado con tus padres. Ellos y el ama de llaves me han enviado por ti… -Se colocó enfrente de mí. La luz por fin me permitía ver claramente su rostro, observar la bella sonrisa que me regalaba pero a su vez grandes círculos alrededor de sus ojos que en conjunto con el tono pálido de su piel demostraban cansancio y una mala alimentación. Aquella persona enfrente de mí no parecía ser el Jung Dae Hyun se siempre. Su mirada mostraba un corazón triste. Apagado. –Me tiene a sus órdenes Señorita Khiara. –Esto último lo decía haciendo una reverencia. Como si me tratara de una reina.
Ambos reímos por su acción y después de que aclaró varias de mis dudas y me abrigo, subimos a al coche que le había brindado solo para mi cuidado. El camino se hizo corto entre todo lo que hablábamos y reíamos.
Fue como si ambos hubiésemos pasado por una transformación. Sus ojos comenzaban a tomar un brillo diferente y qué decir de mí. A su lado me sentía reconfortada y segura. Aspiraba confianza y una luz que me llenaba de energía.
Entre a la casa por algo de ropa mientras él me esperaba afuera. Subí rápidamente las escaleras y entre en mi habitación. Tenía en mente la ropa que usaría y sobre todo en que debía llevar algo para abrigarme. Quería regresar a Daehyun su chaqueta ya que el clima había cambiado repentinamente.
Tome algo de ropa rápidamente e iba por una bufanda… pero algo no andaba bien. Mis bufandas al igual que otras ropas estaban regadas en su cajón. Soy algo descuidada pero estaba segura de haber dejado todo en orden cuando me fui. Sin querer tomar mucho cuidado tome una que hiciera juego con mi ropa dispuesta a salir… pero luego opte por regresar y tomar una más.
Baje las escaleras de forma normal hasta que no encontré mi celular por ningún lado. Subí y estaba encima de mi tocador. Pero yo nunca me acerque a éste. Lo tomé tratando de tranquilizar mi ritmo cardiaco por haber subido tan rápido y luego baje inmediatamente. Iba a medio camino cuando me llego un mensaje.

<< Esa bufanda negra no va contigo…

¿Es para ese chico?>>


Esto era suficiente. Alguien estaba en mi casa… alguien me estaba siguiendo. Corrí a la salida donde DaeHyun se encontraba. Sin esperar a que abriera la puerta del copiloto, entré. Tome la bufanda negra que llevaba para él, misma que efectivamente había enredado en mi cuello con el afán de no llevarle en mi mano.

--- Arranca –Dije tomándole por sorpresa. Obedeció a mis órdenes. Durante el trayecto no le dedique ninguna palabra, ni siquiera una mirada. Estaba luchando con mi celular y el buzón de voz de YoungJae. -¿Por qué no contesta? –Grité lo más fuerte que pude. Pedí a DaeHyun que se detuviera y así lo hizo. Baje inmediatamente… sentía como si el aire me faltara.
--- ¿Qué pasa? –Dae trataba de tranquilizarme- ¿Qué paso?... ¿Te hicieron algo?... –Su voz se notaba cada vez más preocupada. –Ojitos –Dijo tomando mi rostro en sus manos. Se sentía tan cálido estar a su lado aun en aquel inmenso frio que provocaba que de su boca saliera un vapor. –Recuerda que estoy aquí.
Y como si aquellas palabras estuvieran llenas de un hechizo, me tranquilice. Busque más de su calidez acercándome a él… pasando mis manos sobre sus hombros y hundiendo mi cabeza en su pecho. Entre lágrimas y palabras sin sentido, desahogue mi miedo, mi tristeza, mi coraje…
Todo gracias a él… todo gracias a aquel abrazo que él correspondió rodeando sus brazos en mi cintura.


// ‘Tranquilidad’

¿Simples palabras?…

¿Un simple abrazo?…
¿Una simple presencia?…
Cosas que pueden ser percibidas como simples pero en realidad no lo son.
Cosas que llevaron el exaltado y temeroso corazón de Khiara a un estado de calma y seguridad.



Narra Khiara -- Día 4. 7:40 pm.

Necesitaba tiempo y espacio. Un lugar apartado donde pensar y aclarar mis ideas. Para liberarme del estrés y de los negativos pensamientos que llegaban mi mente.
DaeHyun accedió a mi petición y en unas cuantas horas pudo conseguir un hermoso lugar. En una playa sencilla de Busan, se encuentra esta pequeña pero acogedora casa con vista al mar. Un lugar donde la tranquilidad se puede sentir en el mismo aire.
Las mentiras que tuvo que inventar a YoungJae y KimAhRi no me remordían la consciencia. Los dos últimos días habían sido estupendos y acogedores. Además el esfuerzo y la paciencia de DaeHyun daban a este lugar un toque especial. Se sentía como un verdadero hogar.
Podía estar tranquila. Mi mente estaba despejada de las bromas que estaba recibiendo y de la actitud que tenía YoungJae conmigo.
El mundo giraba tan despacio como podía. No tenía ninguna preocupación.
DaeHyun consiguió una enfermera que atendiera las heridas de mi unnie. Logró que los mayores creyeran que estaba de viaje con algunas amigas y que nada relacionado con YoungJae atormentara mi mente ni mi corazón.
Él me consentía a su modo. Preparar las comidas del día a su lado, siempre era divertido. Las manchas en nuestras ropas y el desastre en la casa parecían no importar aun cuando después tuviésemos que arreglar todo.
Cuando salía siempre ponía a algún amigo o conocido a mi cargo para que estuviese más segura. Aun sin saber el por qué me había alterado unas noches atrás, no me cuestionaba ni me presionaba, simplemente estaba a mi lado. Pendiente de lo que faltara.
Era extraño pero aquel lugar parecía un auténtico hogar. Un lugar cálido que sirve como fortaleza en contra de los males. Un lugar donde se crea un propio mundo de fantasías.
Su compañía era lo mejor de todo. Él en complemento que con cada una de sus acciones lograba reanimarme, tranquilizarme, reír como loca… y sentirme querida…
Irme de esa casa era dejar el pequeño mundo que creé gracias a él. Esa plenitud y felicidad en mi corazón.
Como a cenicienta, el tiempo de magia se me había agotado. Era el momento de regresar. Dejar los paseos por la playa, por centros comerciales, restaurantes, la sensación del mar y la tranquilidad de ese lugar como un recuerdo que compartiría solamente con Daehyun.
 
 
--- Es hermoso –Le escuché hablar detrás de mí.
--- Tienes razón. –Dije recargándome sobre el barandal. Disfrutando de la bella vista que se proporcionaba desde ese lugar. -¿Cómo es que le encontraste?
--- Esta casa es muy famosa por las personas del lugar. Era de una enamorada pareja… se dice que este era su lugar favorito. Solían ver el mar desde este mismo balcón y disfrutaban de su tiempo juntos. Ellos y su hijo –Dio un suspiro y una mueca de tristeza. Los últimos días habían sido maravillosos pero también había momentos en los que le notaba triste. Observando el mar desde ese balcón.
--- Debió ser hermoso. No encuentro razón para que hayan dejado de venir y que dejaran que extraños la disfrutarán de este modo. Que se involucraran con un lugar tan especial en sus vidas.
--- Murieron… hace unos diez años –Me llene de asombro y tristeza, como si aquello me afectara directamente y él parecía pasar por lo mismo. –Son una leyenda en este lugar, aun cuando tiene tan poco tiempo se han creado varias historias sobre ellos. Su amor y la lucha que enfrenaron. –Me quede observándole y creyendo cada una de sus palabras aun cuando existiera la posibilidad de ser mentiras de la gente. – Me informe bien.
--- Es triste –Dije centrando mi atención nuevamente en el mar.
--- Se amaron demasiado. Un amor como el de ellos fue bendecido… quizás ambos murieron porque no podían estar el uno sin el otro. Además de esa forma cuidarían a su hijo y le brindarían todo lo que necesitara desde el lugar donde estén. –Giro su cuerpo para quedar enfrente de mí.

Con una de sus manos tomo mi mejilla y la acarició. Tomo una bolsa que estaba en el piso y salió de la casa diciendo que teníamos que irnos. Sin pensarlo dos veces tome la bolsa y la puse nuevamente en el piso. Luego le lleve afuera a aquel lugar donde las olas del mar estaban a punto de mojar nuestros pies. Quería que los recuerdos en ese lugar fueran sellados con un deseo que nos uniera.

--- Pidamos un deseo -Dije mientras tomaba su mano.
--- Eso es solo para parejas.
--- Nadie lo ha dictado. -Traté de reanimarlo y sujete con mayor fuerza su mano para que su esfuerzo por zafarse fuera en vano.
--- Sus corazones lo han hecho. Ambos deben albergar con la misma intensidad un solo deseo para que éste pueda ser llevado a dónde quiera que deba llegar. Solo así se cumple el deseo.
--- Entonces pidamos lo mismo. Pidamos que el destino se encargue de mantenernos uno al lado del otro –Traté de recriminarme mentalmente porque lo que dije simplemente era extraño pero antes de que yo misma lo hiciera, él habló.
“No pido deseos que sé que jamás se cumplirán”

Dio media vuelta y se fue. Una parte de mí agradeció que rompiera ese lazo que yo misma estaba creando, pero por el extremo me sentía mal. Mi corazón dejaba un espacio vacío en él.

Con cada paso que DaeHyun daba, sentía que se llevaba lo ocurrido en este lugar. Aquellas emociones y momentos que compartimos.
 
 
// ‘Conociendo’
El tiempo es el encargado de dar las piezas de la vida que debemos unir para formar un rompecabezas de respuestas... La naturaleza de la razón y la relación de las cosas nos deben llevar a la comprensión… Conocer y distinguir las diferencias entre una y otra cosa.
Distinguir lo que es amor, adicción y obsesión.

 

 
 Después de todo el tiempo de conocer a DaeHyun, experimentaba por primera vez incomodidad de estar a su lado. Desde el camino a casa no habíamos hablado y lo que concernía a ambos solo trataba sobre su trabajo de cuidarme.

La buena relación que habíamos tenido se esfumo esa misma noche.

Cinco días. Todos y cada uno de ellos tan cerca y tan lejos de él. Siempre a mi lado y a la vez siempre ausente e inexpresivo.

Quizás eso es lo que me hace sentir aún más extraña. Sé cuál es su trabajo, sobre todo por la ausencia de los mayores y YoungJae, pero siempre intenta estar a mi lado, aun cuando yo no quiera aceptarlo.

Si yo estoy dentro de mi habitación es seguro que él estará en el jardín resguardándome de alguna forma. Si voy a ver a Kim unnie espera en el pasillo. Si salgo a comer o tomar algo, sola o acompañada, él seguro estará en una mesa cercana.

Su afán por cuidarme es exagerado y lo peor es que extrañamente duele.

Duele tanto que me estoy hartando. Cada vez odio más esa estúpida barrera que ha creado entre ambos. Odio que sea tan resistente y que no sepa cómo derrumbarla… que no tenga quién me ayude o quién me comprenda.

Tome mis cosas y baje por las escaleras. Aun no eran las 8pm y él ya esperaba en el auto. Una sola indicación y nuestro destino ya estaba marcado al departamento de Kim Ah Ri.

Porque quizás ella podía ser la persona indicada para hablar. La única que me hablaría con la verdad.

--- Puedes esperar aquí o ir a donde gustes. Te doy el día libre si así lo deseas –Hable después del largo y silencioso viaje. Tome el bolso que estaba a mi lado y baje del auto sin espera su respuesta. Camine deprisa ya que el clima estaba demasiado frío últimamente y deseaba un lugar cálido. Entre por la recepción sin ningún problema y espere por el ascensor. Luego llego él a mi lado y siguiéndome de cerca hasta estar enfrente de la habitación 405 donde toque el timbre.

Espere de la misma manera en la que había sido nuestro andar. En silencio. Sólo tome un pequeño respiro tratando de aliviar la opresión que sentía en mí ser… tratando de olvidar que él se encontraba a mi lado creando incómodos momentos.

--- Hola –Dijo Kim AhRi al otro lado de la puerta. Tenía puesta la pijama y pantuflas, su cabello era desordenado y sus ojos estaban un poco hinchados indicando que ya llevaba un rato dormida.

Se froto un poco los ojos antes de notar la presencia detrás de mí. Reaccionó y despertó totalmente. –Lo si-siento… U-ustedes pueden pasar. Yo… iré a arreglarme un poco. –Parecía demasiado nerviosa por lo que sólo reí un poco y trate de hablar. Cosa que no ocurrió ‘Pasen y tomen asiento’ fue lo último que dijo antes de salir corriendo a su habitación.

Luego de eso DaeHyun entró detrás de mí y haciendo caso a lo que dijo mi unnie, tomo asiento.

--- Sólo quiero ver tus heridas… ¿Puedo pasar? –Pregunte pegada a la puerta de su habitación. No tardó mucho en lo que la abrió y me dejo entrar. Tenía puesta una blusa para dejarme ver sus heridas que cada vez me eran más preocupantes. Debido a que no podía estar tranquila todo el tiempo, estaban tardando demasiado en cicatrizar. –Siento haber llegado en mal momento- Dije mientras le quitaba la venda y se la cambiaba por una limpia.

--- No importa –El tiempo paso y mi trabajo terminó. Aun así espere a que mi unnie saliera del baño, sin ánimos de salir. –Le estás evitando, ¿cierto?... –No recibió respuesta de mi parte. -¿Qué pasa?

--- No lo sé. Creo que he arruinado las cosas. –Con desconcierto se acercó a mí. Ambas recosatadas en su cama y la mirada perdida en el techo pero en distintos pensamientos. -¿Qué pasa cuándo cada vez te es más necesario…. ‘algo’?

--- ¿Algo? –Giro su cuerpo y me miro con incredulidad por lo que solo giré mi rostro -¿Algo cómo…?

--- Se podría decir que lo que tengo es… ‘una adicción’ –Dije más como pregunta que como respuesta. Nuevamente paso el tiempo y todo seguía en silencio.

--- Khiara, nena… No es justo que trates de llamar adicción a algo que poco a poco es necesario para ti. Al menos no es justo cuando la palabra correcta puede ser otra.

¿Otra? Pensé. Gire mi rostro aún sin entender sus palabras pero ella no dijo nada más. Simplemente sembró dudas en mí sin dar ninguna palabra más sobre el tema.

Era claro que ella sabía que me refería a DaeHyun, y por si fuera poco, ella conocía algo que yo no.

Pero… ¿Qué es?
 
 10:40 pm.

--- ¿Te encuentras bien? –Preguntó de repente –Te noto ausente -Volvió a hablar pero seguí sin pronunciar una sola palabra. Soltó un suspiro de frustración. La situación lo era y seguro que lo estaba pasando muy incómodo -Khiara... ¿Pasa algo? ¿Quieres que hable con tus padres o con YoungJae?

--- No -Fue lo único que pude articular antes de que se escuchara uno de mis sollozos. ¿Qué me pasaba? Aun no lo tenía claro y quizás por eso estaba demasiado agobiada. DaeHyun estacionó el auto lo más pronto que pudo y llego a los asientos traseros donde me encontraba.


--- ¿Que pasa ojitos? -Preguntó nuevamente pero ni yo misma tenia respuestas claras. -No puedo hacer nada si no me lo dices...


--- Por favor toma algunos días de descanso. Solo por unos días quiero que te alejes de mí -Encontré su mirada y me mostro algo que jamás había visto en su mirada. ¿Tristeza? No lo sé. Quitó sus brazos de mí y volvió a su posición asintiendo a mi petición. Todo ocurrió tan rápido que apenas y analizaba mis palabras, sin dar una razón obvia, no quise retomar el tema.


Igual que como se estaba haciendo costumbre, ninguno de los dos habló y cuando llegamos a casa, inmediatamente baje del auto sin pronunciar una palabra. Necesitaba estar sola y más aún... Necesitaba descifrar lo que me ocurría con él.


Dar una explicación a las reacciones de mi cuerpo por cada una de sus palabras y acciones en los últimos días. Pero sobre todo, necesitaba hablar con YoungJae... Conocer o rectificar lo que realmente significa para mí.


Hable con el pero no podríamos vernos hasta dentro de dos días. Tiempo necesario para pensar lo que diría a YoungJae y a DaeHyun cuando los tuviese enfrente.


Trate de comentar lo sucedido con DaeHyun y la 'vulnerabilidad' a la que me expondría por mi petición pero no pude. Siendo objetiva eso es lo que pensaría Jae y debido a sus últimos casos de trabajo se notaba que tenía muchas cosas en la cabeza y muchas cosas que hacer. No sería bueno dar un dolor de cabeza más.



Dos semanas del accidente de Kim AhRi.

Esperaba en una cafetería del centro de Seúl ya que YoungJae llamó unos minutos atrás para hablar de 'su pequeño retraso'. Reí cuando pensé que hace días me hubiese molestado bastante por ello, pero dos días sin ningún tipo de comunicación con mis dos pesadillas andantes pude aclarar muchas cosas. Entre ellas, lo tonta que era por molestarme con YoungJae mientas está realizando cosas de trabajo.

Por fin este era el día de hablar sobre lo que sentía por él y que él hablara sobre lo que significaba yo.


Observe la puerta de la cafetería por bastante tiempo. Veía a la gente que entraba y salía del lugar, hasta que me sentí un poco incomoda por ello. Llame a la chica que atendía y pedí un moka.


Cuando le tuve en mis manos mire nuevamente la hora. YoungJae ya llevaba 30 minutos de retraso.


Con celular en mano y habiendo encontrado mis auriculares puse un poco de música. Pero mientras cambiada de una a otra canción mis dedos, casi por instinto, viajaron a la agenda de teléfonos y luego a un nombre en específico.


Aquel nombre que había estado pensando los últimos días, aquel que no solo significaba una pequeña composición de sonidos y palabras. Ese nombre era mucho más. Era la definición exacta de ese rostro, de esa voz, de esos cálidos y acogedores brazos...

Simplemente la definición exacta de él.

De aquel ser que con su solo nombre causaba contracciones en mi estómago.


Aquel ser que quería ver... Con el que deseaba estar de una u otra forma para que viviera los mismos sentimientos que yo.
 
--- ¿Esperaste mucho? - YoungJae habló a mi oído después de haberme quitado uno de mis auriculares.

--- ¿A caso eres detective pero no sabes contar el tiempo? Son las 6:43. No sé si sea mucho o poco... -Reí por su típica cara de preocupación y vergüenza haciéndole entender que no estaba molesta. Que entendía que estaba trabajando.

--- Bien, ¿Y de qué quieres hablar? -Pregunto después de una larga y trivial charla. Al fin y al cabo habíamos estado sin hablar desde hace mucho. Tampoco me había visitado en las dos semanas y media que los mayores llevaban fuera del país y que por lo que ambos sabíamos duraría al menos unos tres días más.

--- De lo que soy para ti -Dije sin ningún rodeo, unos segundos después, fijando mi mirada en él.

--- ¿De lo que eres para mí? –Se veía descolocado. Tomo un sorbo de su americano y evito mi mirada unos segundos más. Luego continuó -¿Por qué tan de repente?... ¿Estás bien?

--- Estoy bien, pero hay muchas cosas que necesito que hablemos para que queden claras. Necesito que me digas que soy para ti, que he sido toda tu vida -Dije esta vez tratando de mirarle a los ojos. Parecía una súplica y quizás no estaba muy lejos de serlo. Para YoungJae la idea de entablar una conversación como ésta podría ser demasiado difícil. Tenía que lograr que dijera de manera clara la verdad. Contuvo unos momentos sin hablar y se entretuvo el bastante tiempo con, nuevamente, con su americano.

--- Khiara, no entiendo a lo que quieres llegar.-Una mirada inquisitoria bastó y resignado habló -Tú eres mi pequeña. La tonta y despistada niña que ha estado a mi lado desde que tengo memoria. Aquella pequeña que lloraba en las noches tratando de que nadie la escuchara y que de alguna u otra forma hacia dormir. Tú eres mucho más que lo que jamás pensé de una niña, de nadie.

YoungJae esbozaba sonrisa tras sonrisa mientras hablaba. Tomo mi mano y la sujeto con gran fuerza. Ahí estaba mi respuesta y siendo sincera, por el momento no deseaba escuchar más así que hice que guardara silencio para continuar hablando yo. Siempre había sido claro lo que significaba para él, no paraba de repetirlo cuando éramos más chicos. Ahora era mi momento de hablar.

--- Sé lo que significo para ti. Siempre lo he sabido... No soy tonta y tú tampoco lo eres. Siempre lo has sabido ¿no? -Tome aún más fuerte su mano.

--- Khiara... No sigas, por favor -Continuó él. -Esto... No quiero que la relación que hemos mantenido desde hace tantos años salga afectada si sigues hablando.

--- Te he amado desde pequeña pero tú siempre lo has sabido... -Trató de pararme pero no pude. Tenía que hablar, tenía que decir todo lo que había guardado desde hace mucho tiempo. Ya no había vuelta atrás porque como si hubiese sido una bomba a la cual su tiempo había terminado, tenía que decir todo. -Aquel niño que siempre estuvo conmigo, que lloraba conmigo y trataba de ser él fuerte para reconfortarme. Al que siempre perseguí con tal de jugar al menos un poco. Tú, la persona que después de mi padre haría cualquier cosa para protegerme, y sobre todo para alejar a los chicos malos. Siempre estuviste conmigo… Apoyándome y cuidándome. Siempre estuviste ahí. ¿Crees que fue fácil darme cuenta que amaba a la persona que en un principio era como mi hermano?... Pase momentos difíciles, pero sobre todo, comencé a idealizarte como el hombre perfecto a pesar de no saber de amor. Todo empezó cuando comenzaste a gustarme, la atracción que sentía por ti cada vez era mayor. El tiempo pasó y me di cuenta que ya no solo era una pequeña atracción. Ya te quería demasiado. Todo paso sin que lo quisiera. Todo. -Tome un respiro al notar como las lágrimas comenzaban a salir de ambos- Después de quererte vino lo más difícil. Hasta el día de ayer comprendí muchas cosas que no podía, o más bien, no quería ver. Ayer me di cuenta que ese sentimiento puro que despertabas en mí se fue descomponiendo porque comenzaste a convertirte en una adicción que poco a poco se fue convirtiendo en una obsesión. He llamado amor, de manera equivocada, a lo que siento por ti y lo siento. Siento que nuestra relación se esté deteriorando porque no te amo como a un hombre pero te quiero de verdad, como algo mucho más. Siento que ese ‘amor’ que sentía por ti y que no podías corresponderme haya causado la distancia entre ambos… pero sobre todo, siento que ese noble sentimiento se haya convertido en algo tan vago y horrible como una obsesión por tenerte conmigo.

YoungJae no podía entender nada de lo que decía, lo notaba en cada una de sus expresiones. Yo estaba impresionada de lo que estaba diciendo. De decir lo que me estaba asfixiando.

--- No necesitas decir todo esto solo por lo que te dije

--- No lo estoy haciendo por ti, ¿No lo entiendes?... YoungJae yo te quiero demasiado. El mismo cariño y lazo que tú vez entre nosotros, por fin lo puedo ver yo. No te puedo amar como siempre hemos creído porque simplemente no es así. Eres y quiero que seas la persona que estará para cuidarme y protegerme siempre porque tú eres parte de mi familia. Tú eres por lazos de amor: mi hermano.

Tome su rostro entre mis manos y le di un pequeño beso en la mejilla. Luego tome mi bolso y deje la paga del café en la mesa.

--- ¿A dónde vas? -Pregunto posicionándose delante de mí.

--- Estaba llamando adicción a algo que poco a poco se hizo necesario para mí, pero encontré la palabra correcta. Se trata de amor. Kim Ah Ri lo sabía mejor que yo misma. Debes tener muchas dudas… creo que debo dejarte para que reacciones y canalices todo lo que te he dicho.

--- ¿De qué hablas Khiara?

--- YoungJae... Tenía miedo de esa palabra porque no eras tú la persona que la provocaba. Él no era la persona que estaba idealizando, pero ya me canse y quiero saber si esa persona me ama como yo a él. Quiero experimentar lo que es estar con alguien a quien quiero. No le diré nada… no te preocupes.

--- Khiara... Estas demasiado extraña. Te llevaré a casa -Me tomo del brazo y me dirigió a su auto. Traté de zafarme pero su agarre no tenía ningún pudor o arrepentimiento de si me hacía daño. Hablé y trate de explicarle que quería ver a alguien pero para ese entonces ya me había despojado del celular.

--- YoungJae, por favor suéltame. Me estás haciendo daño -Dije por última vez pero el siguió su camino. Estaba demasiado descolocado y molesto. Creo que jamás le había visto de esa forma. Un hombre que estaba cerca trato de ayudarme pero le fue inútil. La gente comenzó a acercarse debido al alboroto y muchos chicos trataban de calmar a Jae.

--- No sé de quién hables, pero debes estar loca por todo lo que has dicho.

--- ¿Por qué estas siendo así?

--- Porque... Porque... -Jamás pudo dar una respuesta. Se recargo en el cofre de su coche mientras se calmaba. Las personas comenzaron a irse después de que yo misma se los pedí -No sé porque estoy siendo así.

--- Lo que te he dicho no solo se trata de él. Desde hace mucho que guardaba esos sentimientos, quizás fui demasiado dura pero... Ya no podía más. También, creo que actúe muy precipitada al decirte sobre ‘él’ y que quería hablarle.

--- ¿Quieres ir a pasear a algún lugar? -Pregunto mientras abría la puerta de copiloto, donde segundos después entre.

--- Quiero ir a casa -Fue lo último que dije. Él me llevo y luego se fue. Tome una larga ducha más que nada para pensar. Siempre actuaba de manera arrebatadora, sin pensar mucho. A pesar de que lo había, según yo, hecho.

Salí, me puse la pijama y me disponía a dormir cuando me llego un mensaje.

>>Lo que me has dicho hoy, jamás lo hubiese pensado. Perdón por hacerte sufrir Khiara... Prometo pensar en todo lo que has dicho, no quiero dañarte más, pero no he creído ninguna de tus palabras. Una parte de mí se niega a ello<<


Cerré el mensaje intentando no pensar más en Jae… pero él solo pensar en él me llevo a pensar en la persona que me estaba haciendo conocer realmente el amor.
Aquel ser que quería ver... Con el que deseaba estar. Aquel que deseaba sintiera lo mismo que yo…

‘Jung DaeHyun’
 
 
 
 

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