lunes, 20 de enero de 2014

Una rosa, el principio






A pesar de estar a cargo de la seguridad de Khiara y hace el papel de una buena novia, Kim Ah Ri siempre se tomaba el tiempo necesario para llegar a Zelo y sus colegas.

Cada día terminaba con el trabajo especial que le encomendó YoungJae e iba a buscar algo de información. Cualquier pequeña pista le era muy útil. Tuvo que hablar con otras personas, detectives, policías y hasta con otros maleantes. 

Ya no importaba de donde obtenía la información, no cuando llegara a su objetivo. La noche que fue atacada por ese “niñato”, como solía llamarlo en cada una de sus rabietas, hubiese sido mejor para él que terminará con ella así no lidiaría contra el gran problema en que podía convertirse. Esos eran los pensamientos de Kim Ah Ri, mismos que haría una realidad espantosa para Zelo. Lo refundiría en la cárcel y le haría pagar por cada uno de los crimines que había cometido. 

Pero aún con la determinación que tenía, ésta, llegaba a momentos en los que se esfumaba tal cual la espuma en el mar. 

Era detective y su entrenamiento, a pesar de que fue a una muy temprana edad, tenía varios punto claves. Los entrenadores siempre llegaban a decir varias cosas importantes para un detective, aunque algunos de sus puntos podían ser crueles. “La patria y seguridad de los ciudadanos ante todo”, “En momentos de peligro, siempre deben escoger de entre la persona de en frente y ustedes a ustedes” (refiriéndose a los maleantes) y “A los criminales solo la cárcel, tortura o muerte”. 

Si esas podían ser las palabras de un detective que daba instrucciones en un entrenamiento, con los maleantes debía ser peor. Entonces… ¿por qué no la mato? ¿por qué no se deshizo del problema cuando lo tuvo enfrente, a tal merced?. No es como si hubiese querido morir o renegara prácticamente de que le haya salvado la vida, pero por más que lo pensaba, algo no estaba del todo bien. Algo se le estaba escapando, pero… ¿Qué era?

Solo tenía poco tiempo para buscar información y llegar a algo más concreto. Cuidar a Khiara no le había sido muy difícil, era una chica tranquila y Bang Yong Guk había dejado calmar un poco las cosas. Para un bien o un mal futuro, era grato en el presente.

Las actividades que realizaba no eran muchas. Había ocasiones en las que Sukkie iba a verla. Kim AH Ri aún no le había dicho nada sobre ser guardaespaldas de Khiara como un favor a YoungJae. Siempre evitaba preguntas de una u otra forma.

En realidad, Sukkie era muy lindo con ella. Siempre le hacía varios cumplidos y trataba de llevarla a lugares agradables. Cines, restaurantes, parques, juegos de diversión, él siempre quería mantener feliz y radiante a su novia. La quería mucho y aprovecharía cada momento con ella para hacerla sentir su corazón y que de alguna manera ella le correspondiera.

“Remordimiento”. En los pensamientos de Kim Ah Ri no solo estaba el caso de Zelo, la seguridad de Khiara, la estupidez de YoungJae por no darse cuenta de sus sentimientos y luchar, ahora tampoco podía dejar de pensar en lo estúpida que fue por haber querido utilizar a Sukkie.

Él era un chico, la consentía, la amaba, pero por encima de aquello y del personaje de dorama que podía parecer, algo en ella no le permitía amarlo. En varias ocasiones trato de terminar con él, decirle lo que pasaba y pedir disculpas, sin embargo no quería destrozar sus sentimientos y a final de cuentas se echaba para atrás en el último momento. 

Ella aún conservaba la bala que pudo haber estado en su cuerpo y la había atado a su cuello como un collar. Se odiaba por eso, pero algo en ella le obligaba a conservar la bala, lo que la hacía sentir un poco peor en cuanto a su “novio“.

Zelo siempre estaba enfrente de ella, en cualquiera de sus planes. Cada uno de los pasos de Kim Ah Ri era remplazado por dos de él. ¿Cada una de las pistas que le daban eran confiables? Debía serlo pero ese niño era muy inteligente o ya no era quien manejaba las cosas.

En los últimos días había llegado a obtener más pistas, tal vez más concretas para llegar a atraparlo. Ella había revisado varios expedientes, o había contactado con detectives que también estuvieron detrás de Bang y los suyos pero todo le llevaba a lo mismo. Nada. Nada de Zelo, nada de más pistas o hechos concretos. Lo único que albergaba el final de cada uno de sus acertijos era un “detalle” malcriado de Zelo.

Noches pasadas había conducido a un barrio un tanto peligroso, jugó al póker con otros maleantes, habló y “bebió” con ellos. Una vez que entraron en confianza con ella, atacó. Esa noche, igual que otras pasadas no mostraba su verdadero rostro o ropa. Siempre se transformaba en otra persona a base de minifaldas, shorts, pantalones ajustados, blusas escotadas, chaquetas, vestidos, botas, lentes pelucas y maquillaje pesado, que ayudaba sobre todo a cubrir su inconfundible lunar en forma de corazón situado al lado de su boca.

Esa noche pudo capturo a otros maleantes, a ciencia cierta “gente de préstamos”. Afortunadamente para ella llego con el líder, la misma persona con la que ya había jugado y apostado. En base a coqueteos le atrajo fuera del bar donde se encontraban y ahí le amenazo. Al principio las cosas se le complicaron a Kim Ah Ri. Aquel hombre tomo una botella de soju del piso mientras peleaban, golpeo la pared con ella y entonces quedó con grandes picos amenazantes. Aun así Ah Ri no era tonta y con un movimiento rápido logro zafarla de la mano de ese hombre y poseer aquel objeto filoso en su mano. Lo arrempujo a la pared y entonces consiguió algo de información

--- Un chico alto vino el otro día, era muy joven y usaba un cubrebocas con picos. Era extraño, pero no pude negarme a hacerle un préstamo. Él venía a este lugar como cualquiera de los otros que viste allá adentro 
--- Debe haber algo más –Habló Kim Ah Ri sujetando la botella rota y amenazando el rostro del hombre.
--- Dejo un arma como empeño. Era de otro país, algo extraña y sofisticada. Algo a lo que no me resistiría, un arma como esa puede venderse a un muy buen precio a cualquier riquillo de este país –El hombre contestaba un poco enojado por estar bajo el poder de una mujer.
--- ¿La has vendido? –No hubo respuesta hasta que hundió la botella en el cuello del hombre, quien con un poco de cuidado solo negó con la cabeza –Entonces la quiero ahora mismo. –El hombre se burló un poco antes de hablar
--- ¿Qué es lo que recibiré? –Contesto casi como un quejido de dolor. Tardo tanto en contestar y reír que Kim encajo aún un poco más la botella.
--- Será más fácil que te conteste con otra pregunta… Veamos qué tan inteligente eres… ¿De qué te serviría esa pistola, otra arma o el dinero que has obtenido hasta el día de hoy si estás muerto?... Solo entrégala. Puedo ser amigable.
--- ¡Estúpida! –Gritó fuertemente aquel hombre- Está bien. La chica con la que estaba, ella la tiene. –Palabras mágicas. Kim había visto a la mujer. Dio una sonrisa de lado y luego en un movimiento rápido y brusco le dio vuelta al hombre, lo tomo por el cuello y tiró de él. Lo hizo con suficiente fuerza como para desmallarlo y no matarlo. Cuando el hombre estaba en el piso, lo arrastro detrás de unos bultos de basura y entro nuevamente al bar.

Busco a la mujer y una vez que estuvo a su vista vio un arma extraña, la cual estaba restregando en los rostros de la otras mujeres. Tal vez se la había dado como un regalo, lástima que no le duraría tanto tiempo.

Vaciló un poco con la mujer para robarle el arma y salir de aquel lugar. Camino unas cuatro cuadras, se cambió de ropa en un baño público y luego se subió a una moto que había rentado.

Llego agotada a casa, por lo que se dio un baño, tomo una siesta y luego volvió a salir en su auto. Su destino era una estación de policías. No podía dirigirse al NIS (Sistema de Inteligencia de Corea), en ese lugar podría tener problemas.

Una vez que obtuvo el permiso de los hombres a cargo, tomo una de las computadoras y entonces busco más información. El arma era efectivamente extranjera. Habían dado con algunas importaciones desde otros países con armas iguales. Todas ellas eran desde Estados Unidos, Filipinas o Tokio. Pero por la información que encontró un poco después cayó en cuenta que debía haber sido una importación directa, desde Norteamérica. 

Indago e indago un poco más hasta llegar a una dirección. Un almacén. Tenía miedo de ir sola, pero tenía solo una de tres opciones. 
a— Ir acompañada por alguien más y levantar sospechas de ambos lados. Con los detectives y los maleantes.
b— Ir con la policía y arriesgarse a que no era un punto verdadero, causando la alerta roja de Bang Yong Guk y Zelo, o
c— Ir sola, como con el otro tipo y arreglar las cosas de manera silenciosa.

La última opción podía ser la menos segura para ella, aun así fue la elegida. Ese día tendría que llegar a algo. Ya había fracasado en repetidas ocasiones. Ese día aprovecharía todo el día para hacer un buen trabajo. El día anterior creyó no haber hecho mucho debido a la fiesta de Khiara a la que asistió, hoy era diferente para ella. YoungJae estaría con Khiara, no necesitaría mucho de su ayuda, ella debería estar muy fatigada por la fiesta sorpresa que le hicieron y sobre todo después de haberse matado tanto en los estudios los últimos meses.

Todo un día para poder llegar a Zelo, para tenerlo en sus manos y refundirlo en la cárcel con los demás. Tomo la pistola que prácticamente había robado, la colocó en un escandaloso cinto que sujetaba un pantalón de cuero, un poco más arriba de sus caderas. Era algo incómodo, aun así si llegaba a necesitar su cuerpo para pelear, no interferiría. Arriba se colocó una blusa pegada y una chaqueta tipo blusa y holgada con un cinturón. Además de ello llevaba una maleta y una bolsa, lo cual hacía suponer dinero. Casi todo vestuario era negro, incluyendo unas botas donde con cuidado coloco un chip de rastreo, el cual activaría solo si fuese necesario mandando un mensaje de alerta y ayuda a YoungJae. Debería reconocerla y llegar a ella aún con la peluca rubia que llevaba puesta.

Salió del hotel de paso donde cambio su vestuario. Camino solo un poco y cuando llego finalmente a una calle desolada observo una bodega. Afuera de ella había unos cuantos hombres, algunos eran bien formados mientras otros no. De igual manera, todos provocaban cierto miedo en Kim Ah Ri, quien siempre trato de esconderlo de mejor manera posible. 

--- ¿Qué hace una nena cómo tú por estos rumbos? –Hablo un hombre grande sobre su oído. Él era más alto y efectivamente más corpulento haciendo resaltar sus músculos y un enorme tatuaje de calavera en su cuello.
--- Lo único que se puede hacer por estos rumbos –Contestó con un poco de miedo, el cual con un coqueteo se hizo menos visible. Movió la cabellera rubia y luego bajo su mano hasta donde escondió el arma para mostrarla.
--- Es difícil conseguir una de esas –Habló un hombre desde la puerta de la bodega. Debía haber llegado hace unos segundos.
--- Claro que lo es, pero he venido con los mejores -¡Bingo! Pensó. Había dado con el jefe o al menos uno de los más importantes.
--- Una chica como tú y haciendo ese tipo de halagos… Mmmm… deberías haber pensado mejor antes de venir –Contestó de manera áspera el hombre provocando un frio en la espina dorsal de Kim. –Entra.

Así lo hizo. Una vez adentro, aquel hombre le dirigió a una pequeña mesa con dos sillas, una enfrente de la otra. El lugar a donde la dirigió prácticamente no había nada. Solo unos cuantos estantes.

--- Una como esta… ¿cuánto puede costarme? –Arrojo el arma a la mesa y trato de relajar sus hombros, no se podían ver tensos, esa sería un arma poderosa para ese hombre.
--- Es difícil de conseguir. El precio siempre depende de ello. Así se maneja esto, entre más difícil, más caro. –Contesto mientras tomaba la pistola en sus manos.
--- ¿Entonces debería ir a otro lugar? –Los sentidos de Kim Ah Ri le decían que algo no andaba bien. Debía salir lo más pronto posible y activar el dispositivo.
--- Estás en el lugar correcto –El hombre dejo la pistola nuevamente en la mesa, se levantó de su asiento y fue a uno de los estantes, pero no era uno cualquiera. Ese estante tenía una manta negra cubriendo la visión. Un miedo terrible surgió en ella ¿Qué es lo que oía haber ahí atrás? Tomo la pistola de la mesa para cargarla y luego activar el dispositivo cuando el hombre prosiguió –Es el lugar a donde te guio Zelo ¿Sabes?... ese niño ha aprendido mucho de su hyung. Debe tener algo muy especial preparado para ti. Me sentiría orgulloso de tener a alguien como él trabajando para mí –“Trampa” De todos sus errores jamás había llegado a algo tan extremo como esto… Maldijo en su mente todo lo que pudo. Sentía la rabia, impotencia y estupidez caer de un solo golpe sobre ella. Miró a donde estaba el hombre y cuando iba a hablar, actuar de improviso para salir el hombre se dio la vuelta. –Esta rosa estuvo esperando por ti desde ayer. Perdón si no esté en su apogeo. El ambiente aquí y mis descuidos la convirtieron totalmente de un rojo intenso a esto.
--- ¿Qué demonios es esto? –Apenas y articulo Kim
--- Me ordeno darte esta rosa y luego dejarte ir. Luego dijo: “Una rosa siempre puede hacer sentir mejor a una mujer, más cuando ha sufrido un fracaso o una decepción” No sé que rayos pasa, tampoco me interesa, pero ¿Por qué no matarte?... Debe tener algo grande para ti a pesar de que le estés haciendo las cosas un poco difíciles. Lástima que habló tan claro “Esa chica no dará conmigo o los hyungs, poco a poco debe entenderlo, pero no le harás daño, ella es vital”
--- Ese estúpido niñato –Habló por lo bajo- ¿Entonces, ahora qué sigue? ¿Cuál es la otra parte del plan?
--- Te irás por las buenas o por las malas. Y ni intentes activar tu chip e rastreo, no funcionará. Haaa… y este lugar, te recomendaría que no regreses, ni siquiera existe para nosotros, solo fue un lugar de carnada.

Dicho aquello el hombre saco a Kim Ah Ri. Afuera ya no había nadie así que aprovecho para correr. Se cercioró que nadie la siguiera u observara, se cambió y aún con la rosa a su alcance maldijo. Cada una de sus “pruebas”, de sus “pistas” para atrapar a Zelo terminaba de la misma forma. Una rosa y una tarjeta con el mensaje “Tú principio” dando a entender que debía comenzar todo otra vez. Que a lo que había llegado era nada. 

Se dirigió a su casa y se metió a la ducha. El día había pasado como si nada. Salió de relajarse y entonces se dio cuenta de la cantidad de llamadas y mensajes que había recibido de YoungJae. Todos y cada uno de esos mensajes con un “Khiara no está, no aparece. Ven rápido”

Antes de terminar de ver todo aquello ya estaba secando su cabello y poniéndose su ropa. Salió y llamo a YoungJae. Se reunirían en casa de sus padres para buscar algo. Una vez que estuvo en ese lugar habló con YoungJae e hicieron lo posible por dar con Khiara. Todo fue inútil. Todos ya estaban ahí, los mayores, los empleados y dos policías a los que habían llamado. Pero cuando finalmente llego Khiara hubo golpes. Estaba con el mismo chico que ya le había visto. 

Como pudo evito que YoungJae golpeara a Khiara y luego trato de calmarlo diciendo “Tranquilízate Young Jae puedes causar mayor daño. Tú no eres así.” De algo sirvió, todos entraron a la casa y a pesar de estar discutiendo, kim ya estaba algo tranquila, Khiara estaba ahí. A pesar de no haberla tratado lo suficiente, esa chica le caía muy bien y la apreciaba como a pocas personas lo hacía.

La situación era peor de lo que podía imaginar. Todos estaban molestos. Sobre todo YoungJae, él debía tener celos… hablaría con él más tarde. Kim Ah Ri ya había visto anteriormente a ese chico y su sentidos se mujer le decían que podía ser algo molesto para su compañero. El chico era muy apuesto y además tenía muchos puntos a favor por haber salvado a Khiara. YoungJae no entendía lo grave del asunto.

Cuando todos salieron de la sala, Khiara ofreció las cosas a Kim Ah Ri para que curara al chico. Ella no se negó, además debía cuidarlo por petición de su compañero. Estaba en aquella tarea cuando de pronto el chico habló. 

--- ¿Por qué está tan molesto ese chico? 
--- Molesto- preocupado. Khiara no solo es como su hermana… -Contesto ásperamente Kim Ah RI
--- Ya veo. Yo solo trate de hacer lo correcto. –Luego no hubo más plática. Paso demasiado tiempo antes que él volviera a hablar–Tú… entonces no eres su novia. Eso debería ser una buena noticia –Contesto con una bella sonrisa DaeHyun dejando sin palabras a Kim Ah Ri. Poco a poco su rostro se fue acercando al de ella- Disculpa, pero no podría no mencionarlo. Una chica tan linda como tú no se puede encontrar cualquier día, o al menos eso pensé desde el primer día que te vi. Tienes actitud, eres guapa… -No hubo respuesta de kim Ah Ri, por lo que Daehyun trato de retractarse, pero aun sin separarse mucho de ella –Espero no te molesten mis cumplidos. 

Los labios de Dae estaban tan próximos que Kim no sabía si aquello terminaría en un beso o no. Afortunadamente llegaron los demás. Se separó inmediatamente sin siquiera contestar a todo lo que había escuchado. Ni siquiera puso mucha atención a todo lo que dijeron. Sus pensamientos se quedaron en blanco y los nervios se apoderaron de ella. Hasta que escucho decir sobre la oferta de trabajo un “¿Cuándo comienzo?” por parte de ese chico. 

Algo no andaba bien, si a lo que hizo ese chico no se le llamaba coqueteo, entonces ¿cómo se le llamaba?... Ella era una chica y sabía mucho sobre ello. Pronto sintió un calor intenso que seguramente llego a teñir sus mejillas de un rojo intenso. Se sentía nerviosa como pocas veces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos saber tu opinión...